sábado, 25 de enero de 2014

Toledo, una vez más

María Cecilia Villegas Otero

 El fiscal de la Nación dice no haber encontrado desbalance patrimonial en la investigación hecha al expresidente Toledo. Poco parece importar que todos los indicios lo vinculen con la formación de Ecoteva y sus cuentas por $20 millones. Incluso, el hecho de que las hipotecas de las casas de Camacho y Punta Sal, y la deuda de Karp, se hubiesen pagado con fondos de Ecoteva. De nada importan las mentiras que un nervioso Toledo contó. Si no tenía nada que ocultar, ¿para qué contarnos el cuento de los exmaridos ricos de la suegra, la indemnización del Holocausto y los ahorros de toda una vida, cuando el dinero era de Maiman? ¿O será que eso tampoco es verdad? No importa, porque un raudo fiscal dice no haber encontrado nada.
Los peruanos nos quedamos con un mal sabor. La sensación de que este es un acuerdo político. Más aún, que el informe haya sido evacuado tan pronto y en vísperas del fallo de La Haya puede ser interpretado como un intento de sacar a Toledo de la agenda mediática rápidamente, y sin mayores rasguños.
Nos quedamos con una sensación de impunidad. Con que en el Perú a cierto grupo de ciudadanos privilegiados no les pasa nada, aunque los agarremos con las manos en la masa. Basta ser políticamente correcto y decirse demócrata. Este es un problema serio que medra aún más la confianza de los ciudadanos en las autoridades y en el Estado. Sin confianza en el Estado no es posible cruzar el umbral del desarrollo, sin importar el crecimiento económico que se experimente. Un Poder Judicial que resuelve de acuerdo al investigado, no genera confianza, y ello atenta directamente contra la gobernabilidad y el Estado de Derecho.

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