Este sábado 18 Lima ha conmemorado el 479 aniversario de su fundación por el conquistador español Francisco Pizarro, luego de de haber iniciado, a sangre y fuego, el proceso de colonización del Tahuantinsuyo desde 1531 y aun cuando su nombre original fue Ciudad de los Reyes muy pronto fue conocida con el nombre de Lima.
Pocos saben que Lima no fue la primera opción de Francisco Pizarro para fundar Lima, pues dos años antes, en 1533 había escogido el Valle de Jauja, pero luego lo descartó porque debido a sus 3,400 msnm, los animales domésticos, traídos de España, no se aclimataban al frío y la altura, e igualmente tuvo la intención de hacerlo en Sangallán, lo que es ahora Pisco (el nombre ahora lo lleva una isla ubicada frente a este puerto), pero terminó descartándolo.
En 1934, Pizarro, después de descartar a Jauja envió desde Pachacámac una expedición que descubrió el valle del Rímac, el que lo impresionó fuertemente por sus características, estaba cerca al mar, lo suficientemente retirado del litoral y era por lo tanto un sitio seguro en caso de ataques de piratas, aunado a esto un buen clima, frutales, bosques y buenos caminos. El valle formaba parte del curaca Taulichusco, muy querido por sus gobernados.
La población de aproximadamente 50 mil personas rendía obediente vasallaje Taulichusco y estaba organizada en 22 pueblos, cuatro tambos, dos pesquerías y dos fortalezas incas, Collique al norte y Atoqkunka al sur.
NOMBRE DE LIMA
Por fin, el 18 de enero de 1535 Francisco Pizarro fundó la ciudad con el nombre de Ciudad de los Reyes, en una solemne ceremonia presenciada por los españoles Alonso de Riquelme, Nicolás de Ribera El Viejo –quien sería el primer burgomaestre de la ciudad– , Nicanor de Ribera El Mozo, Domingo de la Presa, Diego de Agüero, Francisco Vara y Gerónimo de Aliaga, así como un fraile franciscano y otro dominico, soldados a caballo, esclavos negros y la morisca Beatriz.
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Los historiadores han testimoniado que el curaca Taulichusco participó en primera fila a bordo de su litera, ataviado como un príncipe, sin ocultar su turbación, experimentada también por sus súbditos, por la presencia de barbudos montados en caballos desconocidos hasta ese momento por los nativos peruanos.
Por mucho tiempo se creyó que el nombre de Ciudad de los Reyes había sido otorgado como homenaje a los reyes de Castilla, pero la historiadora peruana María Rostworowski ha pesquisado que el nombre lo otorgó Pizarr5o en honor a Carlos V de Austria y I de España y de las Indias, y de su madre, la reina Juana.
Después de su muerte, por una estocada en el cuello aplicada por el almagrista, Juan de Rada, con lo cual vengó la ejecución de Diego de Almagro, ex socio de Pizarro, hubo un movimiento español para trasladar la capital a Zaña luego de que el 29 de enero de 1563 fuera fundada aquí la Villa de Miraflores de Santiago de Zaña por el capitán Baltasar Rodríguez.
RECUERDO DE ZAÑA
Zaña, gracias a su clima templado, la fertilidad de sus tierras, el espíritu emprendedor de sus habitantes y sus pujantes esclavos negros creció hasta llegara a tener 7 iglesias de estilo barroco y se convirtió en la niña de los ojos de los colonizadores.
Pronto, las noticias de su riquezas llegaron a oídos del pirata inglés Francis Drake, y este en 1686 la asoló y no dejó piedra sobre piedra. Sus habitantes reconstruyeron la ciudad y no bien se habían repuesto fueron objeto de un verdadero diluvio, agravado por el desborde del río Zaña que cubrió por entero a la ciudad, dejándola en ruinas, con lo cual se desvaneció la ilusión de convertirla en capital del Virreynato.
Nuestro más grande escritor mestizo, Garcilazo de la Vega, ha referido que el nombre de Ciudad de los Reyes fue poco a poco olvidado por sus habitantes para preferir el de Rímac, nombre del Valle, vocablo que finalmente dio origen al nombre de Lima, como se le conoce hasta la fecha.
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