Pocos meses después de su captura,
Abimael Guzmán lanzó a sus huestes la directiva “
nueva gran estrategia: de lucha política con armas a lucha política sin armas. Repliegue político y militar”. El 12 de julio de 1993, Guzmán envió una carta a al otrora mandatario Alberto Fujimori en la que solicitó iniciar “conversaciones que conduzcan a un Acuerdo de Paz”.
Como consecuencia de este pedido el grupo terrorista se partió en varias facciones que, con el pasar de los años, se decantaron en dos: los que se mantienen leales a ‘Gonzalo’, conocidos policialmente como “acuerdistas” y, segundo, los que consideran aAbimael Guzmán y a todo su comité central como traidores. Son, con algunos cambios, los que operan en el VRAEM y se les conoce como “proseguir” (con la guerra popular).
A fines del 2000 la facción acuerdista asume una nueva posición y propone al gobierno de Valentín Paniagua una agenda de cinco puntos, entre ella la “amnistía general en función de una futura reconciliación nacional”. Aquí nace MOVADEF, con el encargo de ejecutar la nueva estrategia. Esta posición ahondó más la brecha entre los dos grupos que, hasta ahora, se les observa irreconciliables.
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