La nueva norma, que espera ser promulgada, no le pone fin a los denominados 'estudiantes eternos'.
Rider Bendezú
@RiderBendezu
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Aunque la atención está puesta en la creación de una superintendencia que regule el sistema de educación superior, en reemplazo de la Asamblea Nacional de Rectores (ANR), la aprobada nueva ley universitariatambién dispone modificaciones en las condiciones de los estudiantes.
Uno de estos cambios es la separación automática por la desaprobación de un mismo curso de pregrado. La norma, aprobada por el Congreso de la República y a la espera de la promulgación del presidente Ollanta Humala, indica que el estudiante tendrá hasta tres oportunidades para aprobar un curso.
SEPARACIÓN AUTOMÁTICA Y DEFINITIVA
El artículo 102 de la nueva ley, referida a la matrícula condicionada por rendimiento académico, señala que si el alumno desaprueba por tercera vez un mismo curso, la universidad lo suspenderá por un periodo no menor de un año.
A diferencia de la actualidad, en la que el estudiante, tras no aprobar un curso por tercera vez, realiza una matrícula especial para llevar el curso por una cuarta oportunidad de manera inmediata, ahora deberá esperar un periodo de doce meses.
Pasado este plazo de un año, en el que el estudiante perderá su condición de alumno matriculado, este regresará a su centro de estudios solo para llevar el curso desaprobado. De obtener una nota aprobatoria, volvería a obtener la condición de alumno regular. Caso contrario, será separado automáticamente y definitivamente de la universidad, sin importar el ciclo en el que se encuentre.
“La desaprobación de una misma materia por tres veces da lugar a que el estudiante sea separado temporalmente por un año de la universidad. Al término de este plazo, el estudiante sólo se podrá matricular en la materia que desaprobó anteriormente, para retornar de manera regular a sus estudios en el ciclo siguiente. Si desaprueba por cuarta vez, procede su retiro definitivo”, se lee en la ley.
Sin embargo, en algunas facultades ya se aplica la separación automática para los alumnos que desaprueben tres veces el mismo curso. Por ello, la ley indica que en el caso de las universidades en las que en sus estatutos ya se rija esta regla, este artículo no tenga efecto.
“Lo dispuesto en el párrafo precedente no impide que el Estatuto de la universidad contemple la separación automática y definitiva por la desaprobación de una materia por tercera vez”, señala la norma.
DOCE CRÉDITOS COMO MÍNIMO
Asimismo, la regla manifiesta que los estudiantes mantendrán la calidad de alumno regular siempre y cuando se matriculen en doce créditos en cada semestre. De ser inferior el número, serán irregulares y perderán beneficios a diferencia de sus compañeros.
Aunque ya no se habla del ‘fin de los estudiantes eternos’, Daniel Mora, presidente de la Comisión de Educación, considera que con este límite de créditos, los alumnos se interesarán en concluir la carrera en los períodos correspondientes y no en diez o más años.
Para muchos, este punto es un retroceso en lograr una verdadera reforma universitaria. Es decir, los denominados alumnos eternos seguirán en las universidades nacionales al ya no ponerse el límite de siete años como en un principio el mismo Mora planteaba.
A pesar de su posición, fue necesario para Mora quitar esta parte del dictamen de la Comisión de Educación para lograr los votos necesarios. Congresistas de otras bancadas justificaron ello con la condición de aquellos alumnos que, al estudiar y trabajar, no cuentan con la posibilidad de matricularse en todos los créditos posibles y culminar a tiempo la carrera profesional.
Asimismo, en el caso de los estudiantes que por motivos de trabajo u asuntos personales, podrán solicitar la reserva de matrícula. Para ello, deben enviar una carta a su facultad o universidad, con el pedido formal, detallando los motivos de su decisión. Esta reserva no puede exceder a los tres años consecutivos
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