El proyecto de ley que establece medidas tributarias, simplificación de procedimientos y permisos para la promoción y dinamización de la inversión en el país, enviado por el Ejecutivo al Congreso, para supuestamente dinamizar la economía e impulsar las inversiones, son en realidad demagógicas y similares a las utilizadas, en otras ocasiones, por los neoliberales para favorecer a las multinacionales y a los malos empresarios.
Estas medidas plantean la condonación de deudas tributarias, la permisividad de las entidades públicas, la flexibilización de la fiscalización laboral y medioambiental, la desnaturalización de los contratos laborales, entre otros, pero no estimulan el mercado interno, sino lo frenan desamparando a los trabajadores; no protegen los recursos naturales, sino depredan el medio ambiente; y no imponen el cumplimiento de las reglas, las normas laborales y las obligaciones tributarias, sino incentivan la evasión y el perro muerto.
Las verdaderas razones de la desaceleración de la economía peruana es resultado de los efectos de la crisis económica mundial, la que ha reducido las potencialidades de compra de recursos naturales por los Estados Unidos, la Unión Europea, el Asia Pacífico, China etc.; y del fracaso rotundo de las políticas neoliberales, implementadas desde los ‘90, tales como la apertura y la dependencia comercial externa, la flexibilidad ambiental y laboral y la tributación regresiva.
Estas medidas anunciadas demuestran que la administración del Estado está en manos neoliberales y son una verdadera amenaza contra el desarrollo; más aun, contra el desarrollo sostenible, el trabajo decente, el empleo productivo con salarios justos, la vigencia de los derechos laborales fundamentales, el acceso a la seguridad social, la promoción del diálogo social, la preservación de los recursos naturales y el cuidado del medio ambiente.
Loa neoliberales han fracasado una y otra vez, pero el pueblo, a falta de una alternativa socialista de cambio, sigue expuesto a la demagogia neoliberal. Frente a ello, las organizaciones sociales y sindicales progresistas tienen la responsabilidad histórica de asumir su rol de sujetos políticos y asumir la tarea de representar al pueblo, en su lucha por el desarrollo sostenible, el poder popular y el gobierno democrático del Perú.
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