viernes, 4 de julio de 2014

ARTÍCULO SOBRE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

ARTÍCULO SOBRE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

DEFENDER LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, 
DERECHO FUNDAMENTAL DEL PUEBLO


Desde los tiempos antiguos, en las sociedades que se erigían en el mundo, podemos encontrar distintas manifestaciones y hechos en defensa de la libertad de expresión. Por ejemplo; Demóstenes, un orador y político ateniense del siglo IV a. c., aseguraba que no podía haber peor desgracia para un pueblo que la “privación de la palabra”. Más tarde, veríamos a François Marie Arouet, más conocido como Voltaire, en el siglo de la ilustración declarar su famosa frase “No estoy de acuerdo con lo que usted dice pero defenderé hasta la muerte su derecho a decirlo”. 
 
Con el imparable desarrollo de las fuerzas productivas, la palabra escrita se masificaría gracias a la exigencia de la libertad de prensa y las condiciones económicas y sociales que revolucionaron la historia hasta ese momento. Los Derechos del Hombre y el Ciudadano dados en Francia, la declaración de Independencia y la Ley de Derechos en América del Norte muestran cómo el derecho a la libertad de expresión era considerada exenta de toda intervención o sometimiento por parte del Estado.
  
Podemos decir, que desde la aparición de las clases sociales y la propiedad privada, en las distintas sociedades hasta la burguesa, el carácter fundamental de la libertad de expresión es un derecho reconocido gracias a lucha de los pueblos en el mundo. Pero tendríamos que precisar, cómo en la historia del mundo hubieron sociedades más avanzadas donde este derecho se ejerció a su plenitud y sin el uso descabellado que las clases explotadoras suelen asociarle por mantener sus intereses de clase resguardadas. Es decir, la libertad de expresión y todas aquellas demás libertades que se desprenden y complementan dentro de los derechos civiles y políticos con un sello de clase. Así, Lenin afirmaba sobre la libertad de prensa “Los capitalistas siempre han llamado "libertad" a la libertad de lucro para los ricos, a la libertad de morirse de hambre para los obreros. Los capitalistas llaman libertad de imprenta a la libertad de soborno de la prensa por los ricos, a la libertad de utilizar la riqueza para fabricar y falsear la llamada opinión pública”.
  
Sin embargo, la lucha por defender el derecho a expresarnos, a criticar el orden de cosas existentes sin censuras, sigue siendo también el pan de cada día. Más aún, si la libertad de expresión es aún considerada la piedra angular para la existencia de una sociedad democrática e indispensable para la formación de la opinión pública. Pero, sabe usted ¿qué comprende el derecho a la libertad de expresión? No solo el derecho a expresar nuestros pensamientos, sino también de buscar, recibir e impartir información e ideas de toda índole, esto puede darse de manera individual o colectiva. Por ejemplo, la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 en su artículo 19 menciona “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
Podemos agregar, que la libertad de expresión, junto con la libertad de reunión y de asociación, es uno de los pilares de la sociedad democrática. La democracia no puede realizarse si no existe un libre flujo de ideas y de información y si las personas no tienen la posibilidad de reunirse, de debatir y expresar ideas, críticas y exigencias, de defender sus intereses y derechos y de establecer organizaciones con ese propósito, como sindicatos y partidos políticos. 

Cacería de brujas extendida al pueblo

Está claro que el derecho a la libertad de expresión es un derecho universal que debe ser defendido por la clase y el pueblo, porque de las clases explotadoras nada podemos esperar, solo la lucha organizada del pueblo arrancará mejores condiciones para continuar desarrollando su camino. Por ello, resulta aberrante y hasta socarrón apreciar a la ex canciller Eda Rivas asegurar que en el Perú, existe el compromiso del Estado y el gobierno de respetar la libertad de expresión. ¿Acaso esto no significa una ofensa a la memoria de los miles de caídos en la lucha por alcanzar la libertad de la palabra y el pensamiento?

La participación de los representantes del Estado peruano en la 44º sesión de la OEA (Organización de Estados Americanos) ha ratificado resguardar la libertad de expresión como componente fundamental para la democracia en la región. Sin embargo, nada más falso pudo haberse dicho, cuando en el Perú es cada vez más evidente la persecución política macartista e inquisitorial que ha desatado el Estado y el gobierno de derecha; contra los comunistas, contra quienes se guían por el marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento gonzalo, contra los verdaderos demócratas y contra todo aquel que se opone a este régimen reaccionario, cuyo accionar represivo se ha extendido hasta las luchas populares. Este plan perverso es realmente una amenaza no solo para los derechos fundamentales del pueblo, también significaría una amenaza para los derechos y libertades de los ciudadanos en la región, y un grave riesgo para la democracia en Latinoamérica.
  
Mientras en Colombia se viene impulsando, conversaciones entre el Estado y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con el fin de alcanzar un acuerdo de paz y el cese a cinco décadas de conflicto armado; en el Perú se persigue y detiene por enarbolar la demanda de solución política, amnistía general y reconciliación nacional para el pueblo. Es indignante que el mismo Ollanta Humala haya saludado textualmente en su cuenta de twitter, la elección de su par Juan Manuel Santos a la presidencia, finalizando su saludo con lo siguiente: “(…) su éxito por la paz será el de toda América Latina”. ¿Acaso la pacificación de la que se pavonea el Estado y gobierno peruano es el del diálogo y la tolerancia? Perseguir, detener y hostilizar a ciudadanos, abogados, docentes, jóvenes y  mujeres por organizarse en un frente político para elecciones y pedir la amnistía, es la paz que propugnan las clases explotadoras serviles al imperialismo, principalmente yanqui.
  
Ni qué decir de los medios de comunicación burgueses que promueven el odio y la venganza contra todo aquel que cuestione el régimen represivo del Estado. Lo que nos lleva a concluir que la libertad de expresión que dicen garantizar, es solo una falacia impuesta por una minoría de acaudalados grandes burgueses lacayos del imperialismo que dirigen el Estado y gobierno para desenvolver su plan de nueva acumulación originaria que los beneficiará a costa de sumir a la clase y el pueblo en la miseria más descarada vista en casi media década.

Hoy la clase y el pueblo continúan luchando en las calles, movilizándose, y enfrentándose a las fuerzas reaccionarias que amenazan sus vidas para silenciar las expresiones de rechazo a los planes del Estado. La lucha que desenvuelve el pueblo lo hace en condiciones difíciles, por ello, consideramos necesario que la verdadera izquierda acoja el llamado de las masas populares de luchar por la democratización de la sociedad, por una paz para el pueblo peruano y su desarrollo. Basta de persecución contra nuestra organización, exigimos respeto a nuestro derecho de participar en la vida política y el goce de derecho y libertades democráticas. Abajo la persecución contra los dirigentes y luchadores populares, que el Estado con artimañas pretende desaparecer de su camino por oponerse a sus planes, como ahora último viene sucediendo con los presidentes regionales, levantando el problema de la corrupción como si ésta no fuera inherente al actual sistema, cuando lo que en realidad pretenden es ocultar el problema económico de fondo para tener el control político de las regiones. Exigimos la solución a las justas demandas de nuestro querido pueblo; médicos, enfermeras, trabajadores del sector salud, obreros de la minería artesanal y de la gran minería, estudiantes. Que su voz no sea acallada, porque el grito de un pueblo por defender sus derechos fundamentales es también luchar por defender la vida misma.

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