jueves, 24 de octubre de 2013

Muertes sin castigo

Estuve ayer en el acto con que se celebró el Día de los Trabajadores de la Construcción, y que fue también un acto de dolor y de protesta por el asesinato de otro dirigente de la Federación, Aníbal Ruiz Díaz, acribillado a balazos el lunes 21 en Barranca.


César Lévano
César Lévano
Razón Socialcesar.levano@laprimeraperu.pe
Ese crimen forma parte de una serie de asesinatos de dirigentes del gremio del ladrillo y el andamio. Esta cadena empezó con el estímulo –la autoría intelectual– del entonces presidente Alan García, quien reunió en Palacio a un grupo de renegados del gremio y le encargó crear sindicatos paralelos, con la garantía de que le serían encargadas todas las obras del gobierno. La idea era eliminar dirigentes y destruir la Federación.

Para mala suerte de los malhechores, estos reclutaron sobre todo a delincuentes de los barracones que ignoran lo que es trabajar. Esos “sindicalistas” se han dedicado a extorsionar empresarios y matar trabajadores.

Si la ola de crímenes continúa es porque cuenta con la impunidad.

Nuestro diario informó ayer que la policía había capturado a los presuntos asesinos de Ruiz Díaz. También en esto la historia vuelve a repetirse. La policía detiene, pero el Poder Judicial libera. El poder central, el Ejecutivo, bien, gracias.

En alguna ocasión hemos expresado, a la vista de esta matanza ininterrumpida, que cuando la impunidad se prolonga se reviste de complicidad.

En ningún otro sector de la sociedad se manifiesta tanto como en construcción civil la inseguridad ciudadana.

Ayer, en su discurso conmemorativo, Mario Huamán, Secretario General de la Federación, expresó: “El presidente Humala ha dicho que ‘el chorreo es inmoral’. Estamos de acuerdo con ello. Pero decimos que también es inmoral liquidar la negociación colectiva de los trabajadores públicos y profundizar el recorte de derechos de millones de trabajadores de pequeñas y medianas empresas”.

Huamán exaltó el hecho de que su gremio es el único que tiene el derecho de la negociación colectiva por rama, que ha permitido aumentos de salarios y mejores condiciones de trabajo. Anotó luego que esa conquista lograda en 1962 y arrebatada por Fujimori en 1996, se recuperó en el 2001, y ahora está en peligro por obra “de los sectores más corruptos del Apra, encabezados por el expresidente García”. 

Concluyó Huamán con esta advertencia: “De no ponerse coto (a los asesinatos), nos veremos obligados a realizar un paro nacional contra la delincuencia y la impunidad”.

En mi salutación señalé que Construcción Civil es un baluarte del sindicalismo y de todo el pueblo. Por eso lo atacan. Y esto obedece a órdenes del imperio asustado por el avance de la izquierda y las fuerzas progresistas en Nuestra América.

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