lunes, 14 de octubre de 2013

LAURA BOZZO ¡Arráncate!

¡Arráncate!


Laura Bozzo en México
En México se han recabado cientos de miles de firmas pidiendo la cancelación de su programa. Laura tendría que salir pedaleando pronto.
¿Quién podría imaginar que aquella abogada aparentemente prudente y circunspecta que apareció por primera en televisión en el programa “Las mujeres tienen la palabra”, se convertiría en el personaje más nefasto de la televisión no solo peruana, sino de toda América Latina?
Eran comienzos de los 90 y Laura Bozzo, desde ese espacio de RBC Televisión, era una de las pocas que, ironías de la vida, se atrevía a atacar directamente al régimen de Fujimori. Todavía no tenía esa suerte de coprolalia que actualmente no le permite decir una oración completa sin incluir una grosería. Hablaba fuerte, pero mantenía las formas. Era enérgica, pero lo suficientemente sobria como para no llamar demasiado la atención.
Por esa época era también regidora de la Municipalidad de Lima, de ahí su cercanía a Ricardo Belmont a quien defendía con uñas y dientes y antes, durante el primer gobierno de Alan García, había sido, nada menos, que funcionaria del Instituto Nacional de Cultura, donde organizó concursos para promover la defensa de la conservación y del patrimonio cultural del Perú.

LA TRANSFORMACIÓN

Hasta que llegó a lo que en esa época llamaban “Talk shows”. Primero fue “Intimidades” en Panamericana y luego “Laura en América”, en canal 4. Se había ido transformando poco a poco. Su estilo era cada vez más violento, ya no volvió a hablar, solo gritaba.
Se autoproclamó “La abogada de los pobres” porque presentaba casos de gente muy necesitada que tenía problemas en su hogar: maltrato doméstico, alcoholismo, desempleo, infidelidad, etc. No pasó mucho tiempo para que se descubriera que sus panelistas eran pagados para “actuar” de acuerdo con el libreto que se les daba, aunque ella siempre lo negó.
Pero tocó fondo con la tristemente célebre edición de “Todo por dinero”, en la que los participantes eran sometidos a humillaciones y vejaciones como lamer axilas o pies de otra persona a cambio de 20 soles. Aún así el programa fue comprado por Telemundo y ser peruano se convirtió para el resto del planeta en sinónimo de decadencia. El Perú era un lugar donde todos eran capaces de hacer cualquier cosa a cambio de un carrito sanguchero y la frase que nos identificaba era: “¡Que pase el desgraciadoooooo!”.
Si bien era evidente su exagerada simpatía con el entonces presidente Alberto Fujimori, luego se sabría que tanto amor no era gratis, que el programa era digitado desde el SIN por Vladimiro Montesinos. En el 2000 su propia vida se convirtió en un reality cuando fue juzgada por sus vínculos con la corrupción de Fujimori y Montesinos. Los careos con la Pinchi Pinchi y sus declaraciones en las que aseguraba que había estado “obsesionada con el asesor como una quinceañera”, se transmitían en vivo por televisión.
A esas alturas ya no podía vivir lejos de las cámaras, así que luego de haber permanecido en prisión domiciliaria (en los estudios de Monitor) durante tres años, decidió buscar nuevos rumbos intentando algunas cosas en Argentina y España, pero fue México el país que le abrió las puertas de par en par. Primero en Televisión Azteca y después en Televisa.
Su programa “Laura”, no está en el horario estelar, ni es una diva como quiere hacernos creer, pero se las arregla para dar que hablar (aunque sea mal, pero que hablen). Sin embargo, en las últimas semanas, las cosas se le han vuelto a escapar de control. Se ha convertido en persona no grata porque una vez más cometió el mismo error que en el Perú: utilizó un helicóptero propiedad del gobierno para grabar escenas para su programa en Guerrero, una zona afectada por el huracán Manuel. La idea era mostrarla ayudando a los damnificados, como lo hizo aquí luego del terremoto de Pisco (donde también montó un show con una niña “hallada” entre los escombros que en realidad era una actriz). Según declaró después el alcalde de Coyuca, jamás entregó víveres ni apoyo de ningún tipo y, por el contrario, se rehusó a transportar ayuda en el helicóptero del gobierno del Estado de México a las comunidades aisladas.


SU MEJOR DEFENSA: EL ATAQUE

Mientras en México, recaban cientos de miles de firmas para sacarla de ese país y periodistas de la talla de Carmen Aristegui han comenzado a desenmascararla, los peruanos también han dejado oír su voz (hasta Tongo le ha compuesto el tema “No queremos devolución”). Su respuesta, como siempre, es el ataque.
Amparándose en sus puntos de rating, que parece ser lo único de lo que puede presumir, califica a sus detractores como Magaly Medina y Jaime Bayly, como “muertos vivientes”.
“Jaime tiene 0.5 en Mega TV. Para mí, la verdad, no existe. Estoy acostumbrada a este tipo de golpes, que salgan Magalys y Baylys, los reptiles siempre salen. Los zombies, los muertos salen de sus tumbas para aprovechar en darme golpes porque nunca llegaron a ninguna parte. Yo estoy muy bien, haciendo mi programa. Ayer llegamos a 51 puntos, estoy muy feliz de lo que estamos haciendo acá”, dijo en una entrevista para el programa “Reporte semanal”.
Sobre los comentarios de Magaly Medina, quien solicitó a los mexicanos que no nos devuelvan a la conductora, comentó que es una “pobre que no tiene programa”.
“Tiene que conformarse con ser una juradito de un programa de belleza, por Dios… por lo menos, es símbolo de todas las operaciones que le han hecho muy bien. Qué le voy a contestar, pobrecita, cuando tenga otro programa y rating, hablamos… A mí, nadie me devuelve a ningún lado, porque yo de aquí no me voy jamás. Los problemas que yo tengo, en este mi país (México), el cual he adoptado, los estoy arreglando porque los trapos sucios se lavan en casa”, ha asegurado.
Así que, al menos, por ahora, podemos respirar tranquilos. (Por: Patricia Salinas O.)

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