Hace diez días esta columna especuló con que, en medio de una campaña que todavía no calienta el interés ciudadano, esto podría revertirse con ‘noticias fuertes’ como que “un día de estos aparezca la encuesta en la que César Acuña desplace del tercer lugar a Alan García”.
Cuando hice esa especulación pensé que era el desenlace natural de las tendencias en marcha, pero no pensé que ocurriría tan pronto.
Esa ha sido, sin embargo, la ‘noticia fuerte’ del último sondeo de Datum, y aunque es obvio que a justo cinco meses de la votación del 10 de abril, muchas cosas pueden y van a cambiar, algo está diciendo esta encuesta que los dirigentes apristas se lanzan a decir, en gesto de desesperación, que ha sido ‘comprada’.
Keiko Fujimori sigue bien encaramada al primer puesto, con 35%, seguida de Pedro Pablo Kuczynski con 19%. Hasta ahí, todo igual, pero es en el tercer puesto en donde se ha producido el cambio más relevante.
Acuña ha logrado, según la encuesta de Datum de noviembre, una intención de voto de 9% versus 4% en octubre, mientras que García cayó en el mismo lapso de 8 a 7%, con lo que fue desplazado al cuarto lugar.
Se debe insistir en que cinco meses es mucho tiempo en una elección y recordar que el ex presidente García ha demostrado ser un excelente candidato que, como Italia en los mundiales, siempre viene de atrás y que, como un buen maratonista, remata con fuerza en el tramo final.
Pero también es cierto que el García actual viene, como recordaba Fernando Rospigliosi el domingo, muy ‘golpeado’ como consecuencia de las graves acusaciones por los narcoindultos que otorgó de su puño y letra, además de una pérdida evidente de sintonía que lo hacen parecer un candidato pasado de moda, con propuestas que se parecen a las que ya ha hecho antes y que muchos se preguntan por qué no las realizó en su anterior gobierno.
Por si fuera poco, junto al lanzamiento de su candidatura, García anunció una alianza en camino con el PPC –con Lourdes Flores, para ser más precisos– que puede haber sido mal vista por un elector al que, en general, estos pactos le huelen a arreglos bajo la mesa.
De paso, pobre Lourdes Flores, queriendo salvar la categoría, ahora hasta podrían enrostrarle el acabar de hundir a García. Para eso, quizá le convendría buscar otro aliado.
Por otro lado, está un Acuña cuya especialidad de la casa es triturar candidaturas apristas, una suerte de experto en ‘Maracanazos’, dos veces en Trujillo y una en La Libertad, y que ahora ya debe estar mirando a Pedro Pablo Kuczynski como su ‘próxima víctima’ con las aspiración de ser el underdog del 2016.
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