domingo, 29 de noviembre de 2015

“El país requiere un Estado de derecho que funcione”, aseguran especialistas

Jaime de Althaus, Ricardo Lago y Juan Mendoza señalan la urgencia de tener instituciones sólidas que garanticen las inversiones y protejan los derechos ciudadanos. Solo entonces habremos empezado.

Ricardo Lago, Juan Mendoza y Jaime de Althaus. Responden sobre los desafíos del país. (Roberto Cáceres)
Cada cinco años, el Perú cambia de presidente y los ciudadanos tenemos la oportunidad de replantear la visión del país que tenemos. Para conocer los problemas que deberían ser abordados por los candidatos, Perú21 conversó con Juan Mendoza, Jaime de Althaus y Ricardo Lago sobre la coyuntura actual y aquello que el país necesita para que en los próximos años mejore su desempeño económico, político y social.

Estamos entrando a una etapa electoral y a pocos días del CADEEmpresarial, donde vamos a escuchar las propuestas de los cinco principales candidatos presidenciales. Considerando, además, que las elecciones van a empatar con el 2021, año importante en el calendario histórico peruano, ¿cuál es la visión de país que tienen?, ¿qué les gustaría ver?

Juan Mendoza: Mi visión es un país que, habiendo iniciado el camino al desarrollo, lo pueda completar. Los últimos 25 años han marcado un cambio enorme de rumbo en el modelo económico que se venía siguiendo. Tenemos un modelo en el que el mercado asigna los recursos, y eso nos ha permitido dar la vuelta a décadas de decadencia en el ingreso per cápita, de caída sostenida. Mi visión es que en los siguientes 25 años podamos hacer el tránsito y que el desarrollo económico que hemos iniciado no se detenga, pero también nos lleve al desarrollo institucional, que creo que es una falencia todavía visible en nuestro país. Espero que el gobierno que venga nos ayude en esa dirección.

Jaime de Althaus: Un país en el que haya una democracia madura, con un sistema de partidos políticos estable, con un Estado de derecho que funcione, con un imperio de la ley, efectivo y con un Estado eficiente, profesional, no patrimonialista, y que sea capaz de regular una economía libre en la cual todos los ciudadanos puedan desenvolverse y crecer. Una economía integrada al mundo, en donde la informalidad y pobreza hayan desaparecido.

Ricardo Lago: Como bien decía Juan, hace 25 años se inició una reforma importante: pasar de un Estado fallido a un Estado que funciona, a una economía que crece, y hay que aspirar a que siga siendo una economía en crecimiento, cada vez con mayor equidad, menos desequilibrios regionales, menos concentración de la población en Lima, donde la población cada vez tenga mayor seguridad personal, donde la justicia cada vez sea más eficaz e independiente, una población más educada, una mejor educación en calidad y con oportunidades para las clases populares. Eso lo marca en cierta forma la agenda que hay para ingresar a la OCDE, y a la que ya pertenecen algunos países de América Latina, como Chile y México, y también lo marcan los datos del Informe de Competitividad Global del Foro Económico Mundial, donde el Perú se sitúa muy bien en una serie de temas macroeconómicos, y en otros temas se sitúa en medio de la lista…como en el tema institucional

CRECIMIENTO

Hay una visión compartida de una democracia de mercado, con instituciones más sólidas y un Estado que funcione más allá del tamaño. Es bastante claro que es una visión occidental y moderna de cómo debe funcionar una democracia. ¿Cuál sería el diagnóstico respecto a los principales problemas que enfrentamos hoy para lograr esa democracia occidental?

JM: Voy a comenzar por un tema que me parece fundamental para un país en vías de desarrollo y es cómo hace para retomar una senda de crecimiento más alta. Los últimos dos años hemos visto cómo la tasa de crecimiento ha caído sensiblemente y las condiciones externas nos sugieren que, si no hacemos algo, esa sería la tasa de crecimiento de los siguientes diez años. Me parece que tenemos un potencial en la minería y muchos proyectos que están esperando que la conflictividad social se pueda solucionar, y creo que ese es un tema que debería ser abordado. Es un motor de crecimiento fundamental que no deberíamos desdeñar, sino aprovechar. Evidentemente esto requiere una serie de reformas institucionales.

Para ti, la piedra angular de toda visión y sueño pasa por que la tasa de crecimiento de alguna manera sea la más alta posible.

JM: Sí, porque eso nos va a permitir financiar también la reforma del Estado y la reforma institucional. Creo que el tema de inseguridad es fundamental, hay que atacarlo. No es solamente un tema de recursos, sino de mejor uso de recursos. El otro tema fundamental es que hay que desregular la economía y afrontar de una vez el problema de la informalidad. Tenemos un mercado laboral sobrerregulado y no es sostenible una democracia en la que dos tercios de las personas viven informales. Nuestro Estado tiene que tener cobertura para todos. También es importante que los recursos en el Estado se usen bien. Tenemos recursos escasos. Además, vamos a enfrentar una etapa de escasez y no va a ser fácil ahora tener tantas exportaciones como antes con el precio del cobre más bajo. Hay que cerrar la brecha de infraestructura, pero con inteligencia, fijándose no solamente en la cantidad que se invierte, sino en la calidad de esa inversión y priorizar esas inversiones. Creo que se han cometido errores serios en los años recientes. Tenemos que educar nuestra fuerza laboral para aumentar la productividad. Hay cosas positivas que se deberían continuar y tenemos que enfrentar o reformar la descentralización.

Jaime, tú has escrito un libro sobre el capitalismo en el Perú, una nueva suerte de auge capitalista y un recorrido del proceso de desarrollo de los pueblos a nivel nacional. Teniendo en consideración eso, ¿cuál sería tu diagnóstico con respecto a estos últimos años?, ¿en qué se ha avanzado?, ¿en qué no?, ¿cuál es la ruta de cambio?

JA: Bueno, lo que hemos tenido en los últimos 25 años es un gran crecimiento económico, que ha generado incluso sectores nuevos, como las agroexportaciones y exportaciones no tradicionales, que, dicho sea de paso, han crecido en términos de volumen a una tasa tres veces mayor que las exportaciones de commodities en general, pese a la gran inversión minera que hubo en los noventa. Hay una tendencia hacia la diversificación de la economía producida por el nuevo modelo, sin ninguna planificación de ningún tipo, simplemente dejando actuar al mercado. La metalmecánica también es un sector que se desarrolló, la minería, la pesquería un poco también, y que ha empezado a exportar considerablemente, y eso nos da una idea de que, si desarrollamos más la minería, tenemos una masa minera más grande, vamos a tener mucho más metalmecánica, más diversificación económica. Lo que ha pasado es que ese crecimiento, ese desarrollo económico, no ha venido acompañado de un desarrollo institucional correspondiente. Entonces, han aflorado una serie de efectos secundarios, como el desarrollo de las mafias, el crimen organizado, el asalto a los gobiernos subnacionales producto de una descentralización precipitada, sin instituciones de control, etc. y, entonces, de lo que se trata ahora, la gran tarea de los próximos cinco años, del próximo gobierno, es construir una institucionalidad que pueda contener y conducir el desarrollo económico, y eso pasa por reorganizar todo el sistema judicial, penal, desde la Policía, la Fiscalía y el Poder Judicial hasta buscar un Estado mucho más profesional, meritocrático, eficiente, lo que supone a su vez reformar la descentralización y esto pasa también por buscar la construcción de un sistema de partidos, y contener esta fragmentación política creciente que se aprovecha de esta descentralización suelta para que los gobiernos subnacionales se conviertan en botines presupuestales de estos grupos fragmentarios que no pertenecen a ningún grupo político. Entonces, la tarea institucional, de construcción de una institucionalidad estatal seria en el Perú, es la tarea fundamental en los próximos cinco años.

Ricardo, mencionaste al Foro Económico Mundial, que efectivamente plantea un país amorfo, con dos cabezas. Una cabeza macroeconómica que funciona muy bien, incluso estamos en los primeros 20 países del mundo, y una cabeza de instituciones absolutamente perturbada, que está entre los últimos 20 países. ¿Qué es primero: crecer para mejorar las instituciones o mejorar las instituciones para crecer? ¿O son eventos que se retroalimentan?

RL: Indudablemente se retroalimentan. En principio, es más fácil hacer estas reformas en una economía en crecimiento, y si podemos hacer una evaluación crítica de los últimos 25 años, creo que tendríamos que anotar en un papel qué es lo que se ha hecho bien, qué se ha logrado con éxito y cuáles han sido oportunidades perdidas. Es indudable desde un punto observador y analista que, en lo macroeconómico, el Perú partió de una situación desastrosa de hiperinflación, de default con todos los acreedores y hoy está ubicado entre los 20 primeros de 140 países. En otros temas, la clasificación es muy vulnerativa y deplorable, como por ejemplo en pagos irregulares para conseguir una sentencia judicial, donde el Perú está entre los diez últimos.

Claro, lo que llaman aspectos regulatorios

RL: Sí, los pagos irregulares, y cambiar eso no es fácil, pero es más fácil hacerlo en una economía en crecimiento. Se necesita determinación para hacerlo, y probablemente la evaluación de los últimos 25 años no sea tan favorable o positiva. Tenemos que tener en cuenta que crecer en los próximos 20 años va a ser más difícil que en los últimos 25, porque la economía mundial no va a ser tan boyante como antes. En los últimos 25, la economía mundial tuvo el bono demográfico y un desempeño económico que supuso la incorporación de China, la India y los países de Europa del Este. Es decir, el tamaño de la economía mundial se duplicó prácticamente, por lo menos en términos de población, y eso tuvo un efecto importante en los mercados que afectó positivamente al Perú. En concreto en los precios de los minerales, el precio del cobre tuvo una racha de diez años alcistas, con precios muy elevados. En las cuentas nacionales se dejan los precios fijos, lo que importa porque estás aislando el efecto precio, pero desde el punto de vista de bienestar del país sí importa, porque es mejor exportar lo mismo a un precio mayor. Se vienen, por lo menos, diez años muy duros y no va a ser posible crecer a las tasas que se ha crecido en los últimos 25 y, si uno divide de forma inteligente los últimos 25 años en periodos de vacas gordas y periodos de vacas normales, estamos más cerca de un periodo vacas normales, y más cerca de una situación que afuera en el resto del mundo va a ser de crisis. Incluso en una economía global no se puede descartar una crisis financiera, pero hacia adentro también estamos en una transición de un gobierno a otro, con problemas políticos internos. Que nadie se extrañe de que la economía esté creciendo a 2%

ETAPA ELECTORAL

Respecto a la etapa electoral, ¿cuáles serían los tres ejes programáticos que les gustaría que sean abordados por la clase política durante esta campaña?

JM: No quiero ser reiterativo, pero necesitamos recursos para financiar cualquier reforma. ¿Cómo crecer más rápido, cómo volvemos a una tasa, por lo menos, superior al 4%? ¿Cómo enfrentamos el problema de la inseguridad que está relacionado evidentemente a la impunidad y a la corrupción?, y en tercer lugar ¿cómo hacemos la inversión pública más eficiente? No podemos estar haciendo elefantes blancos, tenemos que invertir con juicio en proyectos que tengan rentabilidad social positiva.

Correcto. ¿Jaime?

JA: Hay un problema estructural muy grave en el país, que es el de la informalidad. Y esto puede llevar a una explosión social, incluso porque hay un grueso sector de la población, 70% u 80%, que no puede pasar a la formalidad, que no puede canalizar ni crecer dentro de canales formales, y esto es una valla que hay que romper, que ha engordado al Estado. Entonces, se necesitan reformas que flexibilicen, en general, la legalidad para que ese espíritu, esa fuerza emergente de la población, pueda salir adelante, y esto sería un motor muy importante de la propia recuperación económica junto con volver a prender los motores de los 24 mil millones de dólares de proyectos mineros que están apagados. Hay un montón de motores que hay que prender y están listos para comenzar.

Eso hace referencia al estudio del IPE, que habla de 25 mil millones en proyectos que no han salido por trabas regulatorias o sociales, si le podemos llamar así, que en términos de PBIsignifican 67 mil millones. Lo que eran 16 puntos de PBI en los últimos cinco años.

JA: Si tú enciendes esos motores, vas a tener un impulso económico. Alan García se ha adelantado un poco en decir que la llave para encender esos motores en buena cuenta sería el canon comunal y que el estudio de impacto ambiental lo haga el Estado y no la empresa, para resolver así la conflictividad social que se opone, y la conflictividad político-social diría yo, porque hay toda una articulación política detrás de esto. Entonces, tienes que poner en marcha esos proyectos. Y en el caso de informalidad, tienes que hacer posible, disolver las barreras que se oponen a la formalización en buena parte de la economía y ahí hacer reformas en el terreno laboral, tributario, regulatorio, desregulación, simplificación administrativa, darle mucho más poder al Indecopi, en fin, un gobierno dicotómico. Estamos atrasadísimos en eso, en planificación del Estado. Hay una serie de reformas flexibilizadoras que permitirían incorporar mucha más población a la producción. La formalización de la minería informal es otro tema.

Tenemos seis: cómo crecer, inseguridad, la inversión pública y cómo hacerla más eficiente, la informalidad, cómo reducir la conflictividad político-social, la desregulación. Ricardo, ¿cuáles serían los tres puntos que te gustaría añadir?

RL: Inseguridad, por ejemplo. En algunos indicadores del estudio de competitividad, como pérdidas para las empresas, actividades delictivas, robos, etc., el país se sitúa entre los 15 que están más bajos en la lista. La seguridad, si no se soluciona, se puede convertir en un obstáculo, es un problema serio. En educación hay que reconocer que Perú está todavía muy debajo en las calificaciones, pero yo creo que hay que hacer una evaluación optimista porque en los últimos tres gobiernos ha habido avances en educación. En el gobierno de Toledo con Idel Vexler, después con el ministro Chang en el gobierno de Alan García y ahora con Jaime Saavedra, y ha habido una continuidad en las reformas de educación.

Pero estamos en el puesto 136 de 144.

RL: Claro, pero el sentido del movimiento es positivo, podríamos estar más abajo. Y ahí yo creo que mantener los equipos de un gobierno, de una administración a otra, va a ser clave, porque la educación pública indudablemente es la columna vertebral del sistema educativo. El tema de corrupción e impunidad es un tema serio; la corrupción no es eso que creen muchos ciudadanos de a pie, que es el dinero que sale del bolsillo de un ciudadano o de los ciudadanos y va a parar al bolsillo del corrupto. No es un tema de juego de suma cero. El problema de la corrupción son los incentivos, incentivos espurios y mala asignación de recursos. Adicionalmente, el Perú clasifica muy mal en infraestructura. Y aquí yo creo que se pueden dar ejemplos importantes, como la infraestructura vial. Está claro que las dos arterias del Perú son la Panamericana y la Central. La Central está en un estado comparable al que la dejó Belaunde en el año 85. La Panamericana, después de 25 años de restauración, mantiene dos carriles. Hay diez millones de peruanos sin agua o saneamiento; y sin embargo, se hacen carreteras transversales como la Interoceánica o refinerías como la de Talara. Entonces es una mala asignación de recursos y eso hay que corregirlo. En el tema de la regionalización, el objetivo era descentralizar la actividad económica, pero no se ha conseguido, se ha fragmentado el poder político, que es algo malo, y se ha descentralizado la administración pública y la corrupción, que son las dos limitantes más serias para el crecimiento del Perú. Entonces eso hay que corregirlo. Yo creo que se puede corregir descentralizando el Gobierno Central, haciendo una interpretación mucho más estricta de la capacidad de los gobiernos regionales y avanzando en la descentralización económica, no descentralización política, que en muchos sitios ha dado lugar para que sean zonas para mafias organizadas. Y finalmente, el tema de la informalidad, que es clave, y se ha hablado mucho además. Mucha retórica, pero poca eficacia en los resultados, y yo creo que aquí hay que pasar a un régimen distintito porque el régimen general tributario, por ejemplo, es excesivamente fuerte; es decir, con ese régimen tributario no vas a lograr formalizar. Entonces, habría que crear un sistema dual que sea para los informales que quieran formalizarse, un régimen de fácil cumplimiento, con formularios sencillos y, a medida que se pueda avanzar con eso, ir reduciendo la presión tributaria del sector que está sujeto a la red.

Entonces tenemos nueve ejes.

JA: Hay algo que no está funcionando. Es todo un sistema judicial penal, que tiene que ver con el tema de la seguridad; es decir, forma parte general de la inseguridad, pero también del imperio de la ley, del Estado de derecho, en fin. Ahí tienes que reformar desde la policía hasta el INPE, pasando por la Fiscalía y el Poder Judicial. Para eso se necesitan propuestas, propuestas que permitan de una vez afrontar este tema.

Hay una propuesta que tú has presentado, la has estudiado en vivo con Felipe Ortiz de Zevallos y de la cual has estado hablando mucho también en tu programa. Eso es una propuesta física, formal, ya estudiada sobre cómo hacer una reforma institucional.

JA: Bueno, Transparencia ha hecho una propuesta de reforma institucional que abarca desde el Poder Judicial hasta el Congreso porque también está todo el tema del Congreso y los partidos políticos, de la falta de un sistema de partidos políticos. Es algo que tiene que abordarse tarde o temprano. El Parlamento ha perdido la oportunidad de hacerlo ahora, pero, por ejemplo, en los temas de justicia, se necesita lo que podemos llamar atención primaria de la justicia penal, descentralizar, que haya un juez, un fiscal y una pequeña carceleta en cada distrito de Lima, para resolver de manera inmediata todos los pequeños casos de robos que hay, para que no haya impunidad y no haya linchamientos.

Veníamos creciendo al 7.5 en los últimos cinco años y nos habíamos acostumbrado a vivir en un país en el cual la gente apostaba al futuro porque había la premisa de crecer al 6, que era casi lo mínimo. Hoy día la tasa de crecimiento potencial es 4 o cercana a 4, con lo cual ya no es tan seguro que crezcamos a tasas de 6 y es más probable que crezcamos a tasas entre 3 y 4. ¿Cómo volver a una senda de crecimiento?

JM: A ver, para empezar por lo positivo. Creo que tenemos un activo bien importante, que es la estabilidad macroeconómica, que es una enorme ventaja respecto a los países vecinos. Esta estabilidad macroeconómica nos da espacio fiscal. Tenemos, en realidad, un fisco bastante solvente, un montón de reservas para enfrentar turbulencias financieras y tenemos un activo enorme, que es todos estos recursos naturales que, me parece, debemos poner en valor. Evidentemente, para ponerlos en valor hay que hacer reformas institucionales, pero es importante tomar nota de que lo que hoy es recurso no necesariamente es mañana, y hay muchísima experiencia histórica al respecto.

MINERÍA Y CONFLICTOS SOCIALES

Tenemos un país con recursos naturales que se pueden poner en valor.

JM: A ver, la conflictividad social no es gratuita. Digamos, estos agitadores que impiden que se hagan estos proyectos mineros tienen un caldo de cultivo en que hay mucha población que está cerca de las minas que no percibe el beneficio de la minería. Para mí, está claro que la minería nos puede aportar 1.5 o 2 puntos de crecimiento, que es un lujo en este entorno internacional más complicado de menor crecimiento de China, precios más bajos y, además, el progreso tecnológico no se detiene. Entonces, no quisiéramos que de acá a 20 años nuestras minas de cobre no sean necesarias. O lo que pasó con el salitre, por ejemplo, que la arena del desierto vale más hoy que el salitre. El salitre pasó de ser un recurso a ser un problema. Entonces, eso es importante. Ahora cómo destrabamos la minería. El impacto macroeconómico es positivo, pero es una actividad moderna, intensiva en capital que no crea mucho empleo directo. En segundo lugar, la otra forma en que las personas se podrían beneficiar es a través de recursos del Estado, pero el Estado gasta mal y, además, está el asunto del canon, que es un botín. Entonces, cuando a la gente le dicen “me voy a beneficiar de este proyecto minero con canon”, les estás diciendo que vas a hacer algo que no sirve. Lo que necesitamos es que el Estado lidere, que se integren alrededor del eje del Estado el empresario privado y las comunidades involucradas para que en cada proyecto minero grande haya un plan de desarrollo de la región y en un radio de 50 a 100 km de la mina, y creo que eso es fundamental porque, además, si tenemos estos recursos. Tenemos que utilizarlos para beneficiarnos

Pero para eso también se necesitan operadores políticos y eso es algo que los partidos parecieran no tomar mucho en consideración.

JM: La razón por la cual la minería está detenida es porque nuestras instituciones no funcionan. De hecho, estos proyectos hay que iniciarlos, hay que destrabarlos, pero tenemos que acompañarlos con una reforma institucional porque si no, vamos a encontrarnos detenidos más adelante. Es importantísimo encontrar –no sé si estoy de acuerdo con todo lo que dice Alan García, pero hay que ver que tenemos una cerradura– qué llave nos sirve para abrir esa puerta y extraer estos recursos antes de que dejen de serlo. Esto nos va a permitir financiar cantidad de reformas y esas reformas tienen que orientarse por que nuestro Estado sea un proveedor más eficiente de bienes públicos, que es la otra barrera al crecimiento. La seguridad ciudadana es un bien público, para eso tenemos Estado y ahora tenemos una situación enormemente ineficiente en que, más bien, la seguridad pública es casi inexistente. Básicamente, esos recursos no sé qué retorno tienen, pero creo que esas dos cosas nos permitirían tener un crecimiento superior a 4% en este entorno internacional. Utilizar mejor nuestros recursos y hacer que el Estado sea un proveedor eficiente de bienes públicos, seguridad, infraestructura. No Interoceánicas, no refinerías de Talara o pavimentar tantas carreteras, caminos locales…

Traer mercadería de San Martín a Lima es cuatro veces más caro que llevar un contenedor de Lima a Shanghái. Entonces, ¿qué está más lejos, San Martin de Lima o Lima de Shanghái? evidentemente la distancia es relativa al costo y creo que estos dos ejes nos van a permitir financiar todo el resto de reformas que están pendientes.

Don Jaime, ¿cómo crecemos más? Si es que se puede crecer más.

JA: Yo creo que hay que ser realistas en términos de que el entorno internacional de la economía global no va a mejorar el próximo año e imagino que los años subsiguientes tampoco necesariamente, y en ese mercado internacional nuestra competitividad, digamos, ha tendido a reducirse por efecto del tipo de cambio. Si nuestro tipo de cambio, el sol, se devalúa menos que el peso chileno, que el colombiano, que todas las monedas de todos los países con los que competimos o a los que les exportamos –porque como tenemos dólares estamos semidolarizados– entonces no podemos devaluar tanto. Eso es un problema, tenemos el problema de que no vamos a tener suficiente competitividad por el lado del tipo de cambio. Debemos hacer las reformas que aumenten la productividad internamente del modo más decidido y acelerado posible. Eso significa un shock de desregulación desde el comienzo; significa reformar la legislación, es decir, flexibilizar la legislación laboral, eliminar la rigidez laboral absoluta. Significa una reforma tributaria, en fin, hay que incorporar a la población a la formalidad y esto va a permitir también mayor inversión, mayor crecimiento; es decir, aprovechar el potencial de emergencia e inversión de la clase media emergente, digamos. Y bueno, está el tema de la minería que, efectivamente, esos motores ahí están listos para ser prendidos. Lo que hay que tener es una política institucional que evite las resistencias que hay. Ahí, dicho sea de paso, sería bueno que junto con el estudio de impacto ambiental que hacen las empresas, que ahora se propone que lo haga el Estado aunque financiado por las empresas, se haga un estudio que podríamos llamar de desarrollo rural. Es decir, tú no solo haces el estudio de impacto ambiental sino que aprovechas en hacer un estudio de desarrollo rural de toda la zona y no solo del área directa de influencia…

Aprovechando la cantidad de conocimientos que se han creado con proyectos como Sierra Productiva, y todos esos emprendimientos que han hecho privados y un poco también el Estado sobre cómo mejorar la productividad rural.

JA: Entonces contratas una APP, por ejemplo, que ponga en marcha ese plan que básicamente sería Sierra Productiva más construcción de caminos, en fin, una serie de cosas… infraestructura de agua. Haces un verdadero desarrollo de la productividad, de la producción de la zona para que los campesinos no dependan y no miren solo a la mina o a los trabajadores mineros como un mercado.

La mala noticia de nuestra baja productividad es que tenemos una brecha por mejoras impresionante, y sobre todo que ahora tenemos acceso a tecnología de manera más barata de lo que era hace veinte o treinta años, cuando todavía tenía el sueño de la industrialización. Estuvo por Lima, este año, el que desarrolló el McKinsey Global Institute, que es quien más ha estudiado productividad, es autor del libro El poder de la productividad, y él hablaba de las brechas gigantescas que tenemos para crecer basados en mejoras en la productividad, que tiene que ver con lo que tú dices, desregular los mercados, desregular el ambiente de inversiones en general… Ricardo.

RL: Solo una idea complementaria: la situación en lo macroeconómico es buena, pero la tendencia de lo macroeconómico no va a ser favorable, va a ser desfavorable. Resumiendo, los problemas de la economía mundial son dos: el exceso de deudas que llevó a la crisis del 2008, pero que ha empeorado, no ha mejorado y supuestamente iba a mejorar, y un exceso de derivados financieros.

Justo acaba de salir un estudio sobre la deuda global total y se ha visto cómo hemos pasado del 2000 al 2007 y 2014 y hemos crecido en cada salto 30 puntos. El mundo está sobreendeudado consigo mismo.

RL: Y luego, incluso dejando esto aparte, es que ya no tenemos el dividendo económico, demográfico de la incorporación de la China, de la India y la Unión Soviética; ya se incorporaron y ese proceso ya se dio. 

Entonces, esto le afecta negativamente al Perú, no solo en cuanto a la trayectoria de crecimiento sino en cuanto a la macroeconomía; es decir, no va a ser tan fácil tener las cuentas agregadas, los agregados monetarios bajo control o los tipos de cambio. Perú entra en una fase de déficit, ya llevamos cinco años, desde este año déficit presupuestal que la ley dice que no se puede exceder del 1%, pero bien decía en los 80 la ley que no podía haber una institución inorgánica y la hubo y hubo hiperinflación. Entonces, va a haber un presupuesto en déficit crónico y estamos ante un periodo de subida en la deuda pública, desde un nivel bajo, pero todos los años va a ir subiendo la deuda pública; es decir, se va a crecer menos y va a ser más difícil preservar el nivel de estabilidad macroeconómica que se ha venido hasta ahora. 

¿Eso qué es lo que nos dice?, que hay que ser mucho más ambicioso en todas las reformas de las que Juan y Jaime estaban hablando, en que no se puede dejar la infraestructura, hay que mejorar el tema de la seguridad, justicia, reducir la corrupción, destrabar la actividad económica, toda la normativa, las regulaciones innecesarias, avanzar todavía más en educación, romper con la rigidez de los contratos laborales; dicho sea de paso, del año pasado a este año, la rigidez en las leyes laborales ahora ha pasado a ser el segundo factor en el informe de competitividad más limitante para el crecimiento del Perú.

INSTITUCIONE

Algo en lo que quieren liderar algunos es en eso, en rigidez laboral. Hemos tocado mucho el tema de las instituciones, es clarísimo para el que por lo menos está al día con la literatura de crecimiento y de desarrollo que ya ni siquiera desde un punto de vista economicista las instituciones son indispensables para una sociedad que funcione como tal y podamos el día de mañana llamarnos una nación, un país o lo que sea. James Robinson, coautor con Acemoğlu de Por qué fracasan los países, Why nations failed, estuvo por Lima y nos dejó una frase muy fuerte y una clave: él dijo que sin acuerdos políticos no se pueden hacer reformas institucionales. A diferencia de las reformas económicas, que tú puedes invitar a un par de tecnócratas que saben lo que hay que hacer y se hace, en el campo institucional no puedes traer a un tecnócrata porque lo que se requiere son acuerdos políticos y los acuerdos políticos pasan por una cultura política, partidaria, por partidos políticos desarrollados o mínimamente desarrollados, etcétera. ¿Cómo saltamos este problema?

JM: Bueno, es fundamental. Las instituciones son esenciales para crecer. De acuerdo con el Foro Económico Mundial, en desconfianza pública en los políticos, estamos entre los quince países del mundo que más desconfían de su clase política, porque el acuerdo político no solo involucra que los partidos políticos se pongan de acuerdo sino que tengan legitimidad en la población. En muchas de nuestras elecciones votamos por el mal menor, no estamos convencidos de quien elegimos como presidente y creo que no es de extrañar que después lo castiguemos en exceso, y nuestros presidentes terminen con unas popularidades…

Mientras que te escucho, se me viene a la mente el libro de Moisés Naím, El fin del poder, y es cierto, los presidentes están perdiendo poder frente a lo que tenían en el pasado; en general todos están perdiendo poder, la Iglesia, los medios, las corporaciones, y quienes están ganando poder son los pequeños caciques, quienes logran controlar pequeñas áreas y espacios que con eso pueden sujetar al más grande. ¿Cómo mejoramos las instituciones en un ambiente en el cual quienes deberían tomar las decisiones no tienen el poder para hacerlo y donde el poder está fragmentado y estamos jaqueados por personas que buscan rentas políticas, económicas antes que el fin o el bien común?

JM: Creo que el objetivo de la descentralización era que fuese económica; es decir, que los recursos llegaran a todas las regiones y que eso impulsara el desarrollo económico regional, pero lo que hicimos fue fragmentar la política y hemos convertido algo que no funcionaba bien en algo que funciona muy mal. Lo que pasa en los gobiernos regionales es que el gobierno se vuelve un botín y no es de extrañar que 25% de los presidentes regionales que salían el año pasado estaban o encausados o se habían dado a la fuga, incluso tenemos un presidente regional que ha sido electo estando en prisión. Es un extremo, y claro, eso tiene consecuencias directas, y que pueda ser candidato. El crimen organizado ha explotado, estamos entre los diez países en el mundo con peor crimen organizado. Entonces una cosa es recuperar, centralizar nuevamente el poder político, no los recursos.

Eso conforme pasan los años no mejora sino empeora, ahora ya tenemos veintiún partidos con potencial inscripción. Pueden ser, dicen, tres o cuatro más para cuando se abran las inscripciones en diciembre.
JM: Claro, yo pienso que es más fácil hacerlo ahora que cuando se fragmente más.

Zavaleta, en el libro Coaliciones de independientes, plantea que ya la política en el Perú no es una política que se hace a través de partidos sino de caciques que logran a través de clientelismo controlar a otros caciques más pequeños en las regiones y con lo cual se forman estas coaliciones independentes.

JA: Efectivamente, pero ese no es un sistema viable en el largo plazo. Hay que introducir reformas que lleven paulatinamente de todos modos a la reconstrucción de alguna clase de partidos modernos, distintos, no lo sé. Pero eso requiere mucho más debate. La pregunta sería qué van a proponer los candidatos para apuntar a eso, quizá deberían plantear la formación de una coalición de expertos en el tema que discutan y hagan una propuesta, pero que tenga que ser muy debatida, porque aquí no hay ciencia exacta tampoco. 

Entonces, esto requiere mucho debate para ver finalmente por qué sistema de reglas políticas nos inclinamos, si vamos a eliminar el voto preferencial o no. Tiene sentido poner esta valla de 5% para ingresar al Congreso donde partidos institucionalizados como el PPC de repente no pueden entrar y para no perder la inscripción se ven obligados a, como por ejemplo, juntarse con el Apra, o más bien bajemos la valla y pongamos una valla estructural de funcionamiento; es decir, tú para existir tienes que demostrar que tienes una actividad partidaria, que presentas tantos candidatos en una proporción mínima de municipalidades, en fin, que tienes una actividad real, que no eres simplemente un cascarón que se activa para venderlo en la época de elecciones. En fin, eso requiere mucho más debate, mucha más conciencia de una clase política que por estas mismas razones no existe, porque no tenemos clase política.

Las exigencias de mejoras institucionales pareciera que es algo de un grupo minúsculo dentro del minúsculo grupo que ya es la academia y los intelectuales en el Perú, porque aquí la clase política claramente no tiene interés y no hay un clamor popular por esta reforma. Entonces pareciera como que estas solicitudes, estos pedidos por reformas institucionales caen en un grandísimo agujero negro.

JA: Sí pues, efectivamente. Lo que pasa es que ni siquiera hay clase política, no hay partidos, eso todo el mundo lo dice, pero digamos, se forman partidos y desaparecen, hay gente que ingresa a la política, está en el Congreso una o dos veces y después nunca más regresa. No se ha formado una clase política estable y ese es uno de los problemas, entonces ni siquiera se preocupan del tema. Ahora, respecto de reformas complicadas como la reforma laboral, tiene que haber un mínimo de consenso, también eso requiere mucho debate pero también que haya alguna clase de liderazgo que genere escenarios de diálogo entre empresarios y trabajadores, entre la Confiep y la CGTP o entre la SNI y la CGTP, pese a que la CGTPtambién es un cascarón que no representa a nadie, pero de todos modos a la hora de la hora puede movilizar unos cuantos miles de personas y te paran. Entonces, se requiere encerronas de varios días hasta llegar a formular un nuevo pacto laboral, algo que resuelva los problemas que nos tienen ahora enojados y liberar las fuerzas productivas, porque lo que hay que hacer es liberar las fuerzas, como diría Carlos Marx, hay que liberar las fuerzas productivas.

Ricardo, instituciones, el problema es muy simple, es la solución lo complejo. ¿Por dónde crees que podemos agarrar el problema?

RL: Lo que hay que hacer es complejo, hay que ver el presupuesto, cambiar las instituciones no es como cambiar las leyes. Lo que hay que hacer es dar la seguridad, reducir la corrupción y avanzar en la formalización, pero es difícil de hacer. Yo sé que la mayoría de candidatos hará planteamientos en estos temas pero habrá que ver qué solidez tienen sus propuestas, qué consistencia lógica y qué sustentos internacionales soportan que esas políticas funcionan.

JM: Tenemos que el 25% de la personas que están inculpadas han sido de las Fuerzas Armadas o de la Policía Nacional, o sea uno de cada cuatro; entonces, para darnos un poco de seguridad se debe tener en cuenta que es un asunto de recursos ¿no es cierto?, asignamos un poco menos de recursos que hace 15 años; pero fundamentalmente también es un mal uso de los recursos; también me parece que hemos andado por un camino equivocado cuando acabamos con la especialización que había en la Policía; como la Policía de Investigaciones que existió hasta el primer gobierno de Alan García, que fue desactivada. Entonces el número de policías dedicados a la investigación es muy pequeño.

Pero a veces investigan a las personas equivocadas, investigan a periodistas, empresarios…

JM: Y tienen una gran cantidad de policías que no hacen trabajo de policía, están haciendo trabajo administrativo. El otro asunto es que tiene que ser un trabajo integral, es decir vamos al delincuente para desalentarlo y que no se dedique a actividades delictivas, pero no solo importa que la Policía lo atrape, sino que sea condenado y que la cárcel funcione. Es decir necesitamos esas tres cosas: Policía más efectiva, Poder Judicial más efectivo y cárceles más efectivas; tiene que ser integral, en el sentido de que no podemos atacar la inseguridad en una zona de la ciudad si no atacamos toda la ciudad. Por ejemplo, si hacemos más segura San Borja, los delincuentes se van a ir a otras partes, etc.

RL: Mi idea era que estos temas más estructurales de cambios en todas estas variables importantes, incluyendo las instituciones, es lo difícil de hacer. Los candidatos van a presentar propuestas, pero al final los programas se presentan para ganar las elecciones y una vez que ganan, el electorado no tiene ninguna forma de exigir que se cumpla el programa. Pero es más que eso, muchas veces es mejor que no se cumpla, hay muchas cosas en los programas que son “electoreras” y que se pongan en marcha probablemente sería malo. Esto lleva a que los políticos abusen de medidas efectistas en lo económico, por ejemplo, en tratar de decidir temas como el ahorro previsional como las AFP, etc. Tratan de aprovechar la elección para eso, para cosas que venden y no para que sea un debate sopesado, un debate equilibrado como el que debería haber. Y también en lo social, que si guarderías, Qali Warma, subsidios etc. etc. Esa idea de contribuyente y elector, yo lo voy a sobornar con sus propios recursos, porque el político le está diciendo que lo va a sobornar con esos recursos. Entonces la composición de los programas inevitablemente, por el uso de la metodología de los focus group, te lleva a un uso de medidas efectistas y probablemente distorsionantes en lo económico y social, que es algo negativo, pero es lo que la población ve como lo más fácil de poner en práctica.
DESAFÍOS

Me gustaría tocar un tema que nos aleje solo un poco de la visión de crecimiento y que es inevitable en un país en el cual, hasta hace 10 años o 15 años, el 55% de la población vivía bajo la línea de pobreza. Ahora estamos en 23% pero aun así es un país que requiere una serie de sostenes sociales (educación pública, salud pública, etc.). Juan, ¿qué es lo que se debería mantener y qué es lo que se debería descartar?, ¿qué es lo que deberíamos hacer mejor? ¿Cuál es tu posición respecto de la parte social en la campaña social?

JM: Bueno, creo que está relacionado con crecimiento, sabemos que la manera más efectiva de reducir la pobreza es creciendo alto. De hecho, en los años que crecimos rápido del 2011 al 2013, más o menos el 85% de la caída de la pobreza se debe al mayor ingreso per cápita.

Hay dos estudios ¿no? Uno de Yamada…

JM: Hay uno de Céspedes del Banco Central, otro del Banco Mundial. No son muy difíciles de reproducir los resultados

Son muy cercanos
JM: 80% o 85%… y el otro 15% ha sido caída en desigualdad, yo la verdad soy muy escéptico sobre qué tan efectivos son los programas sociales. Me parece que esa caída en la desigualdad se podría estudiar con detenimiento porque es a consecuencia de la liberación de fuerzas productivas, que es uno de los beneficios de la desaceleración; es que algunos recursos llegaron a nivel local y comenzaron a hacer obras que conectaban con el mercado y esto puede haber contribuido en la caída de la desigualdad.
JA: Pasamos a un modelo mucho más exportador ¿y qué es lo que el Perú exporta? Lo que está en las regiones.

Ahí la conectividad ha sido clave y esto no pasa por ningún programa social.

JM: Yo no estoy en contra de los programas sociales, yo creo que también es un objetivo, debería ser un objetivo del Estado que ninguna persona esté en la indigencia, pero me parece que los programas que tenemos necesitan de evaluaciones de impacto, para comenzar tenemos que saber si están funcionando o no.

En la gran mayoría sí lo hacen solo que no hemos recibido los resultados…

JM: A mí me gustaría saber si en el MIDIS tienen una evaluación del impacto de Juntos; esta es información fundamental para que los candidatos formulen sus políticas. La otra pregunta es ¿cuánto tiempo vamos a tener programas asistencialistas? Porque quizá estos programas se podrían utilizar mejor en proyectos productivos que aumenten la productividad local y no tienen que ser grandes obras. Y eso ataca la raíz de la pobreza, nadie es pobre porque quiere; y el otro asunto es que no quisiéramos tener estos programas permanentemente porque me parece que también van en contra de la dignidad de una persona, que siempre esté extendiéndole la mano al Estado.

Creo que hay que revisar mucho estos programas sociales, hay cosas que evidentemente se han hecho mal y debemos corregir, un ejemplo claro es la anemia infantil que ha venido creciendo entre el 2011 y el 2014, no sé qué va a pasar en el 2015; había venido cayendo rápidamente en los años precedentes. Entonces hay que revisar el balance entre asistencialismo y asistencia productiva.

JA: A mí me parece que tiende a perpetuar la pobreza en el sentido de que muchas veces hay un beneficiario de Juntos que no quiere recibir asistencia técnica o no quiere trabajar en otro proyecto porque dejaría de recibir el subsidio y eso es muy perverso. Una idea es que cada gestor o promotor de Juntos vaya con un Haku Wiñay y que a cada familia que recibe 100 o 200 soles mensuales, le diga: “Oye, tú quieres dejar de recibir parte de eso para instalar un pequeño reservorio, con riego, con aspersión, etc.”. Estoy seguro que ahí van a decir que sí. Entonces vas reconvirtiendo ese programa de distribución de dinero y pasar a uno de autogeneración de ingresos.

RL: Para completar estas ideas, hay un estudio que hizo la economista Lorena Alcázar y dos coautores que se titula Las pérdidas en el camino y estudian dos casos de subsidios, uno de ellos es el caso del Vaso de Leche; ellos llegan a la conclusión de que las pérdidas en el camino son el 70% del programa o porque no llega a la población objetiva para el que está diseñado o porque se pierde y se compra leche de mala calidad o leche muy cara por corrupción en el proceso de aprovisionamiento, etc., etc. Por ineficiencias, por poros y agujeros al final solo 30% de eso llega. Por otro lado, es asistencialismo y no te soluciona el problema de fondo, que solo se resuelve con crecimiento y creación de empleos. Entonces, ahora veo que hay una revaluación de todo lo que se ha hecho con el asistencialismo en los últimos 10 o 15 años en América Latina y más concretamente en Brasil. Hay estudios que llegan a la conclusión de que no hubo tal mejora en la redistribución del ingreso como se quiso vender y esa mejora era por algo que no te solucionaba en realidad el problema sino que era un paliativo temporal. Entonces ahí es importante el paso a programas más sólidos, programas que pasen del asistencialismo a la actividad productiva, como Sierra Productiva, que dicho de paso es un programa que Carlos Paredes y algún asociado más iniciaron hace 20 años pero que los gobiernos no solo no lo han apoyado sino que a veces le han obstaculizado por la razón de que es un autónomo. Es curioso que se hayan interesado por Sierra Productiva, estuve conversando con Carlos Paredes hace poco, elFMI el deputy managment director, el número dos del FMI, le invitó a que diera una asesoría al gobierno de Kosovo para armar ahí algo parecido, es decir el FMI valora lo que hace Carlos Paredes y sin embargo los gobiernos acá no solo no lo valoran sino que lo obstaculizan e incluso llegan a crear planes paralelos para competir.
CANDIDATOS EN CADE
¿Podríamos hacer una sesión libre de reflexiones en torno alCADE, a lo que se debería esperar en esta etapa electoral?, ¿qué cosas esperarían escuchar y qué no, sin hablar evidentemente de candidaturas específicas? Para cerrar la sesión, ¿qué les parece?

JM: Lo que quiero escuchar de los candidatos, de manera concreta, específica y con cosas lógicas es: cómo volvemos a crecer, cómo vamos a enfrentar el problema de la descomposición institucional, cómo fortalecemos las instituciones y cómo reducimos la informalidad. No deberíamos escuchar propuestas efectistas con palabras populistas y demagógicas, que utilizan la coyuntura y que sirven para ganar votos. Creo que es importantísimo que haya debate y se escuchen las propuestas del CADE, para que en las semanas siguientes se critiquen y se analicen, tanto del punto de vista de si se pueden financiar, es decir de dónde va a venir el dinero para todas estas cosas que se están diciendo, y si contribuyen o no al fortalecimiento de las instituciones de regulación de la economía; como dice Jaime, para liberar la fuerza productiva y la iniciativa individual, que me parecen deben ser la base de nuestro desarrollo. El camino al desarrollo debe ser el mercado.

JA: Los tres grandes temas que deberían abordar los candidatos es cómo hacer para recuperar una alta tasa de crecimiento en un contexto global complicado, qué tenemos que hacer. Luego, cómo hacer para construir una institucionalidad que funcione, en todos los terrenos, desde el judicial, penal, lucha contra la inseguridad y la delincuencia, combatir el crimen organizado y el imperio de la ley hasta la construcción de un Estado eficiente, profesional, moderno y con una descentralización regional también. Y finalmente cómo hacer para reducir la informalidad, cuáles son las reformas que se deben introducir.

La informalidad que tiene como contracara la productividad. La informalidad es porque los sectores más productivos están avanzando.

JA: La institucionalidad también es todo el sistema de los partidos políticos; pero en la informalidad sí es claro, tiene que ver con la desregulación y con el incremento de la productividad.

RL: En los últimos 25 años, el Perú ha hecho bien lo macroeconómico pero ha hecho mal lo microeconómico y lo institucional. Este desempeño ha sido con viento favorable. Desafortunadamente la economía mundial pinta mal, entonces esa variable no es la que le va ayudar a Perú para crecer, sin duda no va a crecer a las tasas que ha tenido en el pasado. Eso pone de manifiesto que los programas electorales tratan de alternar con medidas efectistas económicas o de intervención social, pero no solucionan los verdaderos problemas del Perú y del crecimiento; hay que ir a los temas fundamentales microeconómicos e institucionales, eso es difícil, es difícil plantear soluciones eficaces y es difícil ponerlas en ejecución. Entonces no va a ser fácil crecer a más del 3%, al 5% promedio de los últimos 25 años; ahora, desde mi punto de vista, para crecer al 4% se va a necesitar un esfuerzo importante en esas reformas más difíciles, en lo microeconómico y en lo institucional.

ANOTACIONES

CRECIMIENTO. Ricardo Lago. Crecer en los próximo 20 años va a ser más difícil que en los últimos 25, porque la economía mundial no va a ser tan boyante como antes. En los últimos 25 la economía mundial tuvo el bono demográfico y un desempeño económico que supuso la incorporación de China, la India y países de Europa del Este.

REFORMAS. Jaime de Althaus. Transparencia ha hecho una propuesta de reforma institucional que abarca desde el Poder Judicial hasta el Congreso porque también está todo el tema del Congreso y los partidos políticos, de la falta de un sistema de partidos políticos. Es algo que tiene que abordarse tarde o temprano.

ECONOMÍA. Juan Mendoza. Tenemos un activo bien importante que es la estabilidad macroeconómica, que es una

Esta estabilidad macroeconómica, nos da espacio fiscal, tenemos en realidad un fisco bastante solvente, un montón de reservas para enfrentar turbulencias financieras.

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