lunes, 9 de diciembre de 2013

Industrialización con rostro humano

Chimeneas y medio ambiente

Industrialización con rostro humano
 En la entrevista brindada a La República por el secretario general de las NNUU, Ban Ki- moon, hizo énfasis en la necesidad de generar un círculo virtuoso entre la industrialización y el medio ambiente en los países emergentes que implementan políticas de valor agregado a sus materias primas. El máximo representante de la ONU ha reconocido que el proceso de manufactura ha generado riqueza y empleo, pero ha dejado una huella ambiental significativa.
Este ángulo, el de la fabricación, es crucial. Las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) se incrementaron el 2012 en 2,6% con relación al año anterior, superando casi el 60% de lo registrado en 1990. Entre las cuatro economías responsables de este aumento se encuentra una regional, la Unión Europea con el 11%, y tres nacionales: China, con 28%, Estados Unidos 16% e India con 7%. Desde que el 2005 las emisiones de los países emergentes superaron a los de las economías industrializadas, estas han aumentado. Aparte de China e India, son grandes emisores México, Indonesia, Irán, Australia, Sudáfrica y Brasil.
En ese marco, la Conferencia General de la Organización de Desarrollo Industrial de las Naciones Unidas (ONUDI), realizada recientemente en el Perú, adoptó la Declaración de Lima en la que considera que el proceso industrial debe ser inclusivo y sostenible; considerando el paradigma que integre equilibradamente las tres dimensiones del desarrollo, el económico, el social y el ambiental.
Esta visión confirma el carácter estratégico y nacional de las políticas de industrialización, un contenido que se ha pretendido desconocer en favor de opciones productivistas y/o desarrollistas. No obstante, desde la perspectiva de las NNUU, del Banco Mundial y del BID, la generación de valores agregados de las industrias están obligadas a guardar relación y dependencia, para ser sostenibles, con la reducción de la pobreza y la superación de los indicadores límite de los Objetivos del Milenio (ODM). En esa dirección es fundamental que estos procesos cuenten con el concurso de la cooperación  internacional, la inversión extranjera, la transferencia de tecnología y un entorno económico sano. El paradigma de la economía verde, en un tiempo parecido a un postulado romántico poco práctico, se abre paso.
En esa línea, Li Yong, Director general de la ONUDI, ha señalado en otra entrevista en La República, el profundo sentido social de la industrialización, es decir, una herramienta que junto a la generación de energía productiva reconozca y universalice derechos, especialmente al empleo digno y productivo y a la educación. Al mismo tiempo, en su lógica sostenible, es una experiencia íntimamente ligada al uso de tecnologías productivas limpias.
El debate que generará en el país la aprobación del Plan Nacional de Industrialización anunciado por el gobierno está llamado a ser transversal. De inicio, debería quedar claro que no será un plan estrictamente económico que, como en el pasado, fije incentivos de exoneraciones tributarias o tratamientos diferenciados a determinadas zonas del país. La idea básica que se abre paso es que ante todo se trate de una política social con un profundo sentido transformador.

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