viernes, 13 de diciembre de 2013

EL SISTEMA DE UNIVERSIDADES PRIVADAS EN EL PERÚ (2º PARTE)


Como expliqué en mi columna anterior, desde los años 90, el número de universidades en Perú se ha disparado. Solo en el sector privado, la cantidad de universidades se ha incrementado en un 330%. Desde 1996 (cuando se aprueba la existencia de universidades privadas con fines de lucro), el número de estudiantes en universidades privadas ha pasado de ser 162 mil a 543 mil en 2012, según el INEI.
Cualquiera diría que en Perú se vive una verdadera revolución del conocimiento, si no fuese porque existen escalofriantes indicios de la baja calidad académica en la gran mayoría de estas “casas del conocimiento”, deficiencia que responde al nulo control de la proliferación y funcionamiento de los centros.
Esta semana, cinco estudiantes de la Universidad Telesup contactaron conmigo. Me aseguraron que su universidad carece de materiales básicos de enseñanza. Me comentaron la ausencia de sílabos e incluso la inexistencia de decanos en algunas de sus facultades. Además, me aseveraron que la Telesup continúa trasgrediendo la Ley Nº29917. Esta normativa –satanizada por la CONFIEP (confederación de empresas privadas peruanas, que parecen tener importantes “intereses” en la educación)– fue aprobada en 2012 y prohíbe a los centros de educación superior suspender a los alumnos que estén atrasados en sus mensualidades de dar exámenes.
Meses atrás, diario16 publicó una investigación demostrando que esta misma universidad incumplía el artículo 21º de la actual Ley Universitaria, que señala que la única modalidad de ingreso a universidades peruanas es “por concurso”. La Universidad Telesup aplicaba la modalidad regular de ingreso “por concurso”, y además tenía una modalidad de “ingreso directo” (previo desembolso sustancioso de dinero, claro está).
Pero ninguno de estos pisotones a la normativa le dio tanta fama a la Telesup como la oferta de trabajo discriminatoria que publicó en marzo de este año, en la que requerían recepcionistas de una altura mínima de 1.60 m y de “tez clara”. ¿Lo recuerdan? En aquel momento, incluso la ministra de la Mujer y el Ministerio de Cultura se pronunciaron exigiendo fuertes sanciones contra esta “casa del conocimiento”.
La Universidad Telesup, propiedad del congresista de Solidaridad Nacional José Luna –conocido por cobrar voluntariamente y literalmente un sol por su labor en el Poder Legislativo, además de recordado por haber sido acusado en 2002 de recibir 10 mil soles de manos de Montesinos–, fue fundada en 2009 y no aparece en ningún ranking de calidad de educación superior. Tal vez el único trabajo de investigación realizado por esta universidad fue la encuesta que publicó en 2010 dando el segundo puesto en las elecciones presidenciales a Luis Castañeda Lossio (candidato por Solidaridad Nacional).
El congresista Luna es también dueño de diversos institutos y es uno de los numerosos políticos peruanos que han hecho fortuna en el suculento y descontrolado “negocio” de la educación.
En ausencia de un órgano estatal efectivo que fiscalice estos y otros atropellos, el portal web Corresponsales.pe viene publicando desde hace más de dos años información reveladora sobre lo que sucede en el sistema universitario peruano.
Hace pocas semanas, Corresponsales.pe, acogiéndose a la Ley de Transparencia, inició la publicación de los estados financieros de algunas universidades privadas, hecho que no le gustó a la bancada fujimorista. El pasado 2 de diciembre, un grupo de congresistas de este partido exigió la conformación de una comisión en el Congreso para investigar a este medio digital por una supuesta violación de la reserva tributaria de las empresas (es decir, de las universidades privadas en cuestión). Lo que los congresistas parecían desconocer es que el portal web no violó ninguna ley, pues la información que dio a conocer es pública.
¿Será que hay congresistas fujimoristas que forman parte del boyante “negocio” de las universidades privadas?

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