sábado, 6 de septiembre de 2014

León en una jaula de enigmas

César Lévano
El congresista José León Rivera, exvocero de la bancada parlamentaria de Perú Posible y exministro de Agricultura de Alejandro Toledo, atraviesa por un laberinto. En junio del 2004, al dejar el cargo ministerial, pasó a miembro del despacho presidencial como asesor de Toledo. Este nivel protagónico lo coloca bajo una luz violenta, a partir de la revelación de que es dueño de la mansión en que residía el narco mexicano Rodrigo Torres.
Este personaje es el que iba a embarcar siete toneladas y media de cocaína, con destino a España. Ese cargamento espectacular –el mayor de la historia en el Perú– fue descubierto y decomisado en un depósito de Huanchaco, Trujillo.
El congresista ha incurrido en contradicciones al ser interrogado. En declaraciones a RPP explicó que la casa, inscrita a nombre de su esposa, era usualmente alquilada a turistas extranjeros. Esa residencia fue adquirida por León en el 2013. Curiosamente, el primer envío remitido a España por la compañía “Betas Andinas” (betas, con b de buitre), que exportaba la droga camuflada como carbón de piedra, ocurrió el 18 de noviembre del 2013. En ese año, la empresa efectuó 25 despachos de “carbón de piedra” a Bélgica y España.
León expuso inicialmente que él no habitaba en la casa, lo cual es cierto. Pero afirmó asimismo que ni siquiera la visitaba. La policía antidrogas ha descubierto una visita de León al narco que duró hora y media. ¿De qué hablaron durante ese largo coloquio?
En conferencia de prensa en el Congreso, León indicó “tener entendido” que la última arrendataria de la morada era Lucía Villavicencio Ruiz. La policía ha descubierto que esa señora era en realidad la que limpiaba la casa. Una suerte de empleada doméstica.
Surgen aquí otros enigmas: ¿quién contrató a doña Lucía y para qué servicio? ¿no se percató ella del proceder turbio que en ese recinto sucedía? ¿No comunicó sospecha alguna al propietario de la vivienda?
Los datos sobre León no son necesariamente acusatorios; pero sí conducen a la exigencia de mayor rigor en las explicaciones que él da. En verdad, el caso exige investigación. El cargamento de cocaína decomisado encierra un cúmulo de corrupción e impunidad. No se fabrica ni transporta tanta cocaína sin la ayuda de una vasta red.
Perú Posible pasa por una mala hora. 

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