domingo, 21 de septiembre de 2014

Exigencias de Corea del Sur asfixian a escolares

Corea del Sur está entre los punteros de PISA. ¿Merece un aplauso? ¿o quizá, según Se-Woong Kooaug, más bien una lágrima? El autor coreano tuvo que migrar de Corea del Sur a Vancouver-Canadá para zafarse del ambiente educativo hostil y asfixiante de su país y poder educarse en un ambiente escolar amable.  Al retornar a Corea del Sur para enseñar inglés a niños de 11 años en una academia vespertina de preparación para los futuros exámenes de ingreso universitarios encontró rostros de niños pálidos, vacíos, cansados, torturados, infelices.  (An Assault Upon Our Children: South Korea’s Education System Hurts Students, NYT 02/08/2014).
Una sociedad en la que el éxito es lo más importante no importa a qué costo, con altísimos niveles de competencia, con madres obsesivas con los estudios de sus hijos que estudian de 7 a.m. a 10 p.m. diariamente (en secundaria duermen solo 5.5 horas diarias para tener tiempo suficiente para estudiar) y profesores altamente autoritarios, produce jóvenes con alto desempeño pero a un alto costo de salud y felicidad. 
No extraña que muchos jóvenes coreanos sufran de síntomas de estrés académico y enfermedades asociadas. Ver la performance académica como único factor de validación de la autoestima lesiona mucho su identidad. En el año 2010 la encuesta a estudiantes que estaban en el espectro suicida mostró que 53% lo atribuía a su inadecuación académica.    
Hay que entender que la cultura coreana es muy paternalista, familiar y autoritaria. Creen que los hijos deben encaminarse a ser los futuros proveedores económicos del hogar. Aún hoy los padres creen tener el derecho de elegir el camino que seguirán sus hijos en los estudios, profesiones y hasta el matrimonio, que a veces es similar a una transacción económica entre familias. Ser un niño coreano en última instancia no es un asunto de libertad, elección personal o felicidad, sino de producción, performance y obediencia.
Sin duda este sistema educativo no es compatible con la tradición occidental y mucho menos la peruana, por lo que no puede ser transferida a países como el Perú que podrían estar más próximos a los modelos de los países nórdicos. Sería bueno pensar en otros indicadores de éxito que no excluyan la exclusión del disfrute de la vida. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario