Una investigación de Convoca.pe ha sacado a la luz otra prueba de cómo operaba la maquinaria corrupta instalada en el gobierno que sometió al país a sus caprichos y manejos contrarios a la economía y los intereses nacionales entre 2006 y 2011.
La encomiable pesquisa demuestra cómo se manejó la construcción de los tramos 1 y 2 del Tren Eléctrico, de triste recordación en su escandalosamente corrupto y fallido inicio, en el primer y catastrófico gobierno del expresidente obsesionado por la ambición, no solo política, de volver a gobernar una y otra vez el país.
En resumen, se realizó una operación casi de relojería jurídica para desmontar piezas claves de las normas que rigen las contrataciones del Estado, a fin de eliminar los controles, con el evidente fin de permitir que la empresa brasileña a cargo –hoy con graves problemas de corrupción en el país vecino- pueda aumentar el costo de la obra en 500 millones de dólares aproximadamente.
Con arrogancia que indigna a la ciudadanía, el exgobernante responsable de ese despropósito y los dirigentes y legisladores de su partido alegan que todo estuvo en regla y que en definitiva lo que importa es que se hizo la obra, algo que se acerca bastante al triste y resignado lema de “roba pero hace obra”, que un destacado jurista llama en esta edición “hace obra pero con inmensa coima”.
Uno de ellos, viejo y cazurro político que se disfrazó de técnico para buscar votos como candidato a la alcaldía de Lima, busca confundir con malabarismo verbal que lo lleva a la insólita conclusión de que era mejor que las empresas avancen la obra y sobre la marcha reajusten los precios hacia arriba a su criterio, para hacer más rápido la obra y ¡para ahorrar!
Semejante descaro se sostiene en parte en la destreza e impunidad con la que quienes gobernaron dos veces al país construyeron fortunas meteóricas casi sin trabajar; comenzando por su jefe, que pretende convencernos, con la complicidad de ciertos fiscales, jueces y complacientes comunicadores que lo reverencian y hasta celebran su habilidad para eludir a la justicia con la que tiene tantas cuentas pendientes.
El jurista citado líneas arriba califica el sobreprecio como la reedición del negociado del Tren Eléctrico del primer gobierno aprista y, con dureza, denuncia que en la nueva obra el régimen utilizó “la misma entraña coimera” que la primera vez.
La ciudadanía debe apoyar el reclamo del hombre de leyes al Fiscal de la Nación para que de una vez por todas investigue a García por el escandaloso sobreprecio denunciado.
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