MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ MACKAY
Las recientes imágenes satelitales de la OTAN desnudarían a las fuerzas rusas apoyando a los rebeldes prorrusos que operan en el este de Ucrania, donde se enfrentan encarnizadamente a las fuerzas del gobierno de Kiev. El conflicto en este país ubicado para algunos en una falla geopolítica, porque se encuentra entre Occidente y Oriente, registra según la ONU, más de 2500 muertos desde que estallara la violencia, a la caída del expresidente Viktor Yanucovich en febrero de este año, cuando decidió dar marcha atrás a los inminentes acuerdos con la Unión Europea, y que por esta misma circunstancia el clímax de su caída produjo más de cien muertos en la sangrienta revuelta de la Plaza de Kiev.
La situación se agudizó con el ingreso de tropas rusas en la península de Crimea, territorio ucraniano que luego Moscú, incitando a un referéndum que decidió cuestionablemente su independencia de Ucrania, se anexó sin contar hasta ahora con reconocimiento internacional. Estados Unidos y la Unión Europea –Alemania a la cabeza-, concentraron sus acciones en efectivas sanciones a personas claves en Moscú, lo que ahora mismo Obama y Merkel cruzan llamadas para intensificarlas. La evidente actuación rusa deberá ser neutralizada. Mientras Obama ha optado por ser más cauto al no confirmar la evidencia del hallazgo de la OTAN, que no ha dudado en calificar de "descarada violación" la flagrante transgresión a la soberanía ucraniana por Moscú, el presidente ucraniano Petro Poroshenko no deja de mentarla de inaceptable invasión. Los rebeldes estarían a punto de controlar el estratégico puerto de Mariupol, al sur del país, y las fuerzas gubernamentales habrían ganado espacio en las durísimas ciudades de Donetsk y Lugansk. Los desplazamientos internos y las huidas fuera del país superan las 300,000 personas. Complejo escenario para Ucrania y la región
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