sábado, 23 de agosto de 2014

Conciencia negra del racismo

Durante diez días la ciudad de Ferguson, en Misuri, EE.UU., ha vivido días y noches de violencia, a causa del asesinato del joven negro Michael Brown a manos de un policía blanco. El incidente confirma que los conflictos raciales persisten agazapados en la sociedad estadounidense.
Hay ahí, lo pude comprobar hace algún tiempo en viaje como periodista, un odio mutuo, avivado por el abuso, el menosprecio y la injusticia de los blancos.
Recuerdo intensamente que cuando visité Harlem, el barrio negro, en compañía de un blanco, un vecino me dijo: “váyase, su vida está en peligro”.
La muerte de Brown no se justifica. Era un joven de 18 años, que acababa de terminar sus estudios de secundaria y se preparaba para ingresar en un instituto técnico de aire acondicionado a fin de instalar su negocio propio. Familiares y vecinos lo describen como “un gigante tranquilo y amable” de casi dos metros de estatura y 130 kilos de peso. Cuando lo mataron tenía las manos en alto.
El jefe de la policía local afirma que el joven estaba desarmado, pero agredió físicamente al agente Darren Wilson. Lo cierto es que el policía le disparó seis veces, dos de ellas en la cabeza. Consta que el nombre del policía solo fue revelado seis días después de la tragedia.
La historia registra una serie de episodios de violencia surgidos por homicidios policiales contra negros en los Estados Unidos. El más tempestuoso ocurrió en Los Ángeles, California, en 1992, cuando los agentes mataron a Rodney King, ciudadano negro al que habían detenido por exceso de velocidad. Un vecino grabó el episodio en que los guardias golpeaban salvajemente al detenido. Cuando seis días después la justicia acordó absolución de los culpables, estalló la protesta.
Miles de personas se lanzaron a las calles metropolitanas de Los Ángeles, en señal de protesta. Se produjeron entonces choques con la fuerza pública, que dejaron 53 muertos, más de 2.000 heridos y más de 7.000 incendios.
La elección de Barack Obama, un hombre de color, como presidente del país, pareció marcar un cambio profundo en la relación entre razas. Cierto, hay progresos, y esa elección lo subraya. Pero sobre todo en el sur de Norteamérica persisten los rescoldos del prejuicio y el odio contra los negros. En el fondo de la cultura norteamericana pervive el conflicto. Lo que ocurra en el juicio sobre la muerte de Michael Brown puede marcar un hito, un viraje, hacia el progreso. ◘

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