domingo, 24 de agosto de 2014

Moisés Tatar: “La educación es la única vía para el desarrollo económico y social”

Por: Carlos Linares Huaringa
El director de la Escuela de Educación de la Universidad Hebrea de Jerusalén, el peruano Moisés Tatar, visitó nuestro país en el marco de una gira que previamente lo llevó a Washington (EEUU) y Chile. Su objetivo es dejar en claro que la educación es la únicaherramienta de cambio y desarrollo de un país y que los docentes son piezas claves para conseguirlo; en tanto que la multiculturalidad e inmigración enriquece a las sociedades.
¿Cómo ve el nivel educativo peruano?
Veo que hay una preocupación por la educación y eso no es algo obvio. Aquí el tema educación está en primer plano y es importante, escucho de reformas educativas que se quieren hacer, sobre todo en la educación superior y en otras (áreas) para avanzar.
¿Qué rol juega la educación en el desarrollo de una sociedad?
La educación es la única vía que va a permitir al individuo movilizarse dentro de la sociedad y al país tener una mejor situación económica. No hay ninguna otra forma. Para ello se necesitan dos cosas: presupuestos importantes y significativos, y paciencia para que los programas educativos se puedan lograr y no ir cambiándolos cada cierta cantidad de años.
El presidente Ollanta Humala anunció un incremento importante del presupuesto en educación, pero el logro de objetivos no se basa solo en dinero ¿qué otros factores deben acompañar esta medida?
En cuestiones de educación, para tener éxito, sin importar qué país, se debe llegar a un tipo de pacto nacional por encima de los partidos y problemas políticos. Que se decida que las 3 o 4 metas trazadas se llevarán a cabo en los próximos 10 años, no solo al término de este gobierno sino también del que sigue, porque la continuidad en los sistemas educativos tiene que ser común a la mayoría de partidos.
Y una adecuada distribución del gasto
Correcto. Fuera de la infraestructura física de las escuelas, el presupuesto debe estar orientado al perfeccionamiento y capacitación de profesores. Si hay alguna llave para entender cómo algunos sistemas educativos han tenido éxito y otros menos, esta es la calidad de profesores porque, a fin de cuentas, son los que están en las aulas con los chicos y por eso son la llave más importante de todas.
En nuestro país ello implicaría una reingeniería total, debido a la baja calidad de la enseñanza y al papel que cumple el gremio de maestros, Sutep.
Sin ahondar en los aspectos internos, es necesario que solo buenos candidatos lleguen y quieran ser profesores, y eso se va a obtener por dos caminos. Primero, el material, que el sueldo que reciben les dé la sensación de que lo que están haciendo está reconocido por la sociedad y que es importante ya que no cualquiera puede ser profesor; y segundo, sentir que la preferencia nacional es ir por la educación y que en eso se está invirtiendo y que por eso se quiere a los mejores.
Y ello implica necesariamente una evaluación constante de los docentes
Por supuesto, así como su capacitación y perfeccionamiento, que se les entregue lo más actualizado en el mundo en la ciencia y comunicación, para que ellos cuenten no solo con el conocimiento sino también con la tecnología y habilidades que debe tener un profesor hoy en día, porque no es lo mismo que hace 40 años. No es suficiente con saberse la clase porque los chicos ahora desafían mucho más, tienen Internet y pueden desafiar los conocimientos. Por eso es necesario desarrollar nuevos tipos de pedagogías que se adapten a la nueva realidad.
¿En una sociedad como la nuestra, cree que es la única herramienta de cambio?
Todos tenemos que seguir viendo a la educación como la mejor vía para avanzar a nivel económico, cultural, de competencia mundial. No hay otra forma, hay que ser optimistas en el sentido de pensar que la educación puede hacer cambios, que puede motivar a más personas a lograr metas desde políticas hasta sociales y económicas.
Habla de un trabajo conjunto, pero el objetivo finalmente dependerá de cómo asimilen o reciban esos cambios lo adolescentes, los jóvenes.
Hay que tener fe en la educación. A los jóvenes les diría que cuando sean mayores, retrospectivamente, se van a arrepentir si no invierten mejor sus años escolares y sus años universitarios. La educación es la llave para un mejor futuro a nivel nacional e internacional y por ello se debe poner todo lo que se pueda: familias, colegios, el Estado. A fin de cuentas, el bienestar de cada una de las personas contribuye al bienestar colectivo. Para lograrlo, uno de los mecanismos, el más importante, es la educación.
Usted señala que la tecnología juega un papel importante en la educación actual, pero cada vez se ve que hay una mayor dependencia de los jóvenes a ésta.
Hay que usar a la tecnología y no dejarse usar por la tecnología. Hay que usarla para lograr las metas que las instituciones, países o sistemas quieren y en ese sentido se ha avanzado bastante, pero lo mismo ocurre en el caso de los jóvenes. Es cierto que hay lugares donde los adolescentes se han vuelto esclavos de la tecnología y ahora estamos siendo usados por Facebook o WhatsApp.
¿Y eso no conlleva un riesgo en el futuro?
Es el riesgo de todo avance, de todo progreso. Imagino que cuando aparecieron los carros, algunos decían: ‘¿y ahora qué se va a hacer con los caballos? y con los cambios tecnológicos ocurre lo mismo, pero todo depende de la manera en que se administre, se use. La tecnología reta y desafía a los sistemas sobre qué vamos a hacer con ellas, y tienen que ser aprovechadas para desarrollar sus propias metas.
¿Cuál es el motivo de su visita al país?
El motivo de esta visita es compartir parte de lo que hemos desarrollado en la Universidad Hebrea, en la Escuela de Educación, con algunos institutos peruanos que me han invitado.
¿A qué áreas está orientado su trabajo?
En Israel soy el director de la Escuela de Educación de la Universidad Hebrea y en el transcurso de mi vida, en paralelo a la carrera académica, seguí trabajando en escuelas, así que básicamente mis trabajos son de educación y en este mundo que ya es internacional hay muchas cosas que podemos aprender unos de otros, respetando las diferencias de los contextos hay cuestiones que se pueden aprender en el ámbito bilateral o multilateral y la motivación es conocer, aprender en todas las direcciones.
Usted  tiene varios trabajos sobre el tema de la migración ¿cómo ve este proceso en la actualidad en Latinoamérica?
El tema más importante el día de hoy son todas las sociedades que llamamos multiculturales por cuestiones demográficas, de migración. En estos últimos años Latinoamérica ha entrado al juego doble de tener y recibir inmigrantes. Y los mecanismos de migración desde el punto de vista educativo son muy importantes.
¿Qué aspectos distintos o nuevos tienen estas sociedades multiculturales respecto a los anteriores procesos de migración?
Por ejemplo, las cuestiones de identidad. Te vas a algún lugar y lo primero que haces es buscar personas de tu mismo bagaje cultural, religioso o nacional para sentirte parte y poder identificarte como miembro de una minoría dentro de un país y todos esos procesos son complejos porque hay sociedades en Europa o Norteamérica que te presionan mucho para que adaptes las costumbres, la cultura y el lenguaje del lugar para poder moverte. En los modelos de los años 60 o 70 decían que el mejor inmigrante era aquel que llegaba a un país y se asimilaba totalmente. Es decir, dejaba lo que tría consigo. El día de hoy no, hoy sabemos que sicológicamente los mejores modelos de adaptación de inmigración son aquellos dentro del marco que llamamos biculturalismo. O sea, una persona que llega con su bagaje cultural, usos, lenguajes y costumbres, y se acopla a las costumbres del lugar donde vive, pero mantiene lo suyo, creando un balance bicultural, y las personas biculturales a mediano y largo plazo son las que  mejor se adaptan y que mejor están de una generación a otra.
Antes existía una estigmatización del inmigrante peruano y eso ha ido cambiando con el paso del tiempo.
Todo depende de qué motivaciones tiene una persona cuando emigra de un país a otro. Hay países donde no solo los peruanos sino grupos culturales determinados están en ocupaciones específicas y por eso las estereotipan. En cada zona geográfica es diferente. La visión cambia cuando un grupo cultural desarrolla una reputación, no solo en mano de obra barata, sino que aporta profesional y tecnológicamente a otro país, y eso se ve ahora con los peruanos sobre todo en Europa.
¿En este cambio también ha jugado un rol importante la gastronomía?
En lo que respecta a la gastronomía ha habido un cambio. De pronto ya no hay un lugar en el mundo al que llegue y diga que soy peruano y me pregunten por el turismo y las gastronomía, antes me preguntaban por Machu Picchu. Y esto ocurre porque gastronomía no solo es ‘que rica comida’ sino que es cultura. Ahora, esa no va a ser la única forma en que el Perú esté considerado una potencia mundial, está muy bien el reconocimiento, pero debe ir acompañado de otras áreas de desarrollo, profesionales, tecnológicos.
¿Cómo fue el proceso de migración en su caso personal?
La experiencia fue compleja y claro que viví los estereotipos, ya que yo llegué en el 79 a Israel y no eran tan abiertos con los latinoamericanos. Cuando decía que era de Perú, me preguntaban si teníamos semáforos o carros, o decían: ‘ustedes hacen siesta’.
Más allá de los cuestionamientos, toda migración siempre va a tener aspectos positivos.
Uno de los temas más importantes para mí es el de diversidad cultural, como sociedades, en forma general, y sistemas educativos, en forma particular. Lo importante es ver la diversidad cultural como algo complejo y sobre todo reconocer dos cosas: identificar los problemas posibles en estos encuentro culturales, a las poblaciones vulnerables que pueden estar en riesgo por este desarrollo; y segundo, recalcar una y mil veces que el encuentro cultural es bueno para todos, el encuentro de personas de diversas nacionalidades, religiones, género, orientación, etc, fomenta riqueza cultural. El resultado de grupos que tienen multiculturalidad dentro de ellos es siempre positivo.
SU FICHA
Moisés Tatar nació en La Victoria, en la avenida Humboldt, y a los siete años se fue a vivir a Lince. Estudió en el Colegio León Pinelo y luego Medicina en la Universidad de San Marcos, pero al darse cuenta que no era lo suyo, en 1979 se fue a Israel, donde radica hasta la actualidad junto a su esposa y sus dos hijos. Estudió Sicología de la Educación. Es director de la Escuela de Educación de la Universidad Hebrea de Jerusalén, institución número uno en Medio Oriente y 22 a nivel mundial. En Lima dio conferencias en diversas universidades, colegios e instituciones culturales.

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