lunes, 26 de octubre de 2015

La manzana podrida


Pedro Salinas
Sobre los dos comunicados recientes del Sodalitium Christianae Vitae, firmados por Fernando Vidal Castellanos, Asistente General de Comunicaciones, quería comentar algunas cosas. Sobre el primero, fechado el 19 de octubre:
 
1. Pedir perdón a las víctimas no es suficiente. No sé ustedes, pero en mi pequeña opinión además de pedir perdón el SCV tiene que ofrecer que se hará justicia, se buscará la verdad (aunque esta sea cruda y terrible) y debe comprometerse a reparar a las personas que ha perjudicado la institución.
 
2. No es cierto que, “todo testimonio de inconductas cometidas por algún sodálite presentado ante las autoridades actuales ha sido acogido e investigado”. Eso no ha sido así ni con las autoridades actuales ni con las anteriores. Respecto de esto último, tengo cómo acreditar que por lo menos en tres casos, las denuncias formuladas contra algunos figurones del Sodalicio cayeron en saco roto. Y sobre la presunta “acogida” e “investigación” por parte de “las autoridades actuales”, tengo en mis manos una carta del sacerdote sodálite Jean Pierre Teullet, dirigida el 20 de octubre nada menos que al mismísimo Vidal, en la que señala que, en mayo del 2012, “luego de varios meses de diálogo infructuoso con las autoridades, cuatro sodálites presentamos formalmente ‘pedidos de investigación’ contra el Hno. Luis Fernando Figari por actos graves e inmorales cometidos por él”. “Estos pedidos fueron desestimados, primero por el superior general de entonces, el Hno. Eduardo Regal, y luego, al ser presentados nuevamente por mí de modo formal en abril del 2013 al nuevo superior general, el Hno. Alessandro Moroni, fueron también desestimados por él”, señala este sodálite rebelde. “En ambos casos, nunca se realizó una investigación formal como usted afirma en su comunicado. Nunca se erigió un jurado, nunca se nos solicitó el testimonio formal, nunca hubo actas, nunca se dio un dictamen”, enfatiza.
 
3. Donde el Sodalitium dice que no han sido informados de los testimonios presentados al Tribunal Eclesiástico, “tampoco es cierto”, subraya el chúcaro sodálite. “En la segunda mitad del año 2011, el Hno. Eduardo Regal, superior general del SCV en dicho momento, nos congregó en el Centro Pastoral de San Borja para decirnos que sabían de unas denuncias graves contra el Hno. Luis Fernando Figari en el Tribunal, y que por tal motivo había acudido a Roma ‘donde los mejores canonistas’ para presentarles el caso”, y estos le habrían comentado que no se preocupe por la denuncia porque Figari es laico. Ergo, no tiene tipificación canónica, y en el peor escenario, las denuncias habrían prescrito. “No es pues correcto afirmar que ustedes no tenían conocimiento de algunos casos que están en dicho Tribunal”, aclara el clérigo.
 
4. Más todavía. En el acápite que refiere que Figari, desde el 2010, “vive alejado de la vida pública y de cualquier injerencia en el gobierno”, Teullet revela que, “hasta hace cinco meses, Figari ha vivido en Lima desde su renuncia a fines del 2010 hasta abril del 2015, y ha tenido libertad de movimiento para visitar diversos proyectos del SCV, recibir personas en su comunidad, escribir correspondencia, hacer llamadas a miembros de la familia espiritual”. Finalmente, destaca que Moroni, el superior general vigente, eligió en diciembre del 2013 al secretario personal “y amigo cercano” de Figari, en alusión a Ignacio Blanco, con quien vive desde 1991 hasta el día de hoy en Roma, como miembro asesor del Consejo Superior.
 
El remate de la misiva propone una rectificación. “No es la primera vez que incurren ustedes como gobierno en algunas inexactitudes que han generado no poca confusión, distanciándose del consejo del Señor”, en alusión a la frase “solo la verdad nos hace libres”.
Es así como el 21 aparece otro comunicado indicando que el anterior lo consideraron “insuficiente”. En este declaran los sodálites que los testimonios que hemos exhibido con Paola Ugaz en la publicación Mitad monjes, mitad soldados (Planeta) les parecen “verosímiles”. Y anuncian, de paso, la creación de “una comisión ad-hoc con participación de expertos externos a la institución”.
 
Sin embargo, como le he comentado al propio superior general, si quiere pasar rápidamente esta página de su historia, solo le cabe hacer dos cosas. Primero, expulsar a Figari, su manzana podrida. Y luego, refundar la institución. Porque el Sodalitium fue creado a imagen y semejanza de su fundador. Y aunque ahora traten de subestimar esta realidad, lo cierto es que el SCV tiene el sello pérfido de Figari.
 
De mantenerse la protección a Figari y no tomar las decisiones correctas, Moroni podría convertirse en un encubridor, lo cual sería verdaderamente lamentable. Aunque yo quiero creer que el actual superior general podría hacer la diferencia y marcar un hito en la historia de este movimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario