Todo está estático

 Javier Valle Riestra

He estado ausente del Perú unas semanas. Al volver supuse que habría una nueva realidad. Claro que es muy corto tiempo para cambios, pero no existe ningún síntoma de que pueda producirse. Todo es igual. Las noticias son de la misma intranscendencia. Examinemos: “Más circo y escándalo”; “Tachado Manuel Burga”; “Alianzas peligrosas”; “Suben los peajes”; “Burga en su hora crítica”. Como lo he dicho otras veces querría ver titulares referidos a cambios Constitucionales. No hay ninguno.

La mayoría de la clase política es antifujimorista. Pero toda esa casta gobierna sin remordimientos con la Constitución de 1993. Yo insisto solitariamente, repitiéndome hasta hartar que debamos hacer gobernable al Perú en lo futuro volviendo a los fueros histórico-constitucionales. Vendrá para Indoamérica la hora de la Unión Continental desde el sur del Rio Grande hasta la Patagonia.

Si los políticos no estuvieran empeñados en miopes rencillas internas todos deberían ser arquitectos del nuevo orden. Fuimos en la independencia el escenario final de la hegemonía española. Era 1824. Era Junín y Ayacucho. Hoy debemos ponernos a la vanguardia y re-fabricar la constitucionalidad preparándola para un nuevo sistema continental. A nadie le interesa. Solo se preparan para sus reelecciones parlamentarias.

Como diría González Prada en francés “avoir une tete a gifler”, tienen una cara que pide bofetadas. Pero aquí es al revés. Las bofetadas nos caerán a quienes queremos una reforma continentalista y no lugareña. Resumo: a) Despresidencializar al Perú; b) Parlamentarizarlo; c) Reconstruir la justicia Constitucional para hacerla hemisférica y que no termine en nuestras localistas Cortes Supremas. Pero nada de esto va acontecer.

En el Parlamento actual solo confío en García Belaunde, Velásquez Quesquén, Mulder, Belaunde Moreira. Los demás quieren volver a sus escaños sin ruidos, sin carpintería alguna. Cualquier profeta por mas mediocre que sea vaticinará como texto histórico el siguiente: “el Perú del 2016 eligió para una tercera elección a Alan García, quien gobernó con la misma Constitución fujimorista de antaño.

Y pese a ser un gobierno multipartidario se encontró con las juventudes, los obreros y los intelectuales como adversarios por la crisis económica y el corsé pseudo-constitucional; todo acabó por obra de un golpe sin el ejercito que convoco sumariamente a una asamblea constituyente que diseñó una nueva Charta Magna de aliento continental y bajo cuya egida un joven ignoto inicio un nuevo régimen vanguardista, la Unión Continental desde el sur de Rio Grande hasta la Patagonia”.