domingo, 9 de noviembre de 2014

Control a las mafias

Fin a los seudosindicatos automáticos en construcción civil
Desde ahora los sindicatos peruanos no tendrán inscripción automática al empezar a regir la norma expedida por el gobierno, a través del Ministerio de Trabajo, que establece una evaluación previa, una medida esperada en el marco de la lucha contra la violencia en el sector construcción civil y en general contra el crimen organizado, que se vale de los seudosindicatos para la comisión de graves delitos.
Desde ahora, recibida la solicitud de inscripción, la autoridad administrativa de trabajo cuenta con un plazo para pronunciarse sobre el cumplimiento de los requisitos exigidos por ley, decisión que será tomada en coordinación con el Ministerio del Interior. Del mismo modo, las empresas contratistas y subcontratistas de construcción civil que no se inscriban o actualicen información, precisando la identidad de los trabajadores en nómina laboral, serán objeto de sanción. De ese modo, la inscripción en el Registro Nacional de Obras de Construcción Civil (RENOCC) será exigible a las empresas una vez que se implemente el Registro Nacional de Trabajadores de Construcción Civil (RETCC).
Este es un paso decisivo en la pacificación que sigue a algunas medidas de formalización de la contratación en el sector para cerrar las puertas al crimen. Como se sabe, la antigua Federación Nacional de Construcción Civil, afiliada a la CGTP desde los años 60, sufrió en la década pasada un proceso de división y con él la creación de sindicatos paralelos, la mayoría de los cuales acabó realizando prácticas de extorsión y convirtiéndose en seudosindicatos integrantes del crimen organizado.
Durante varios años, el Estado fue solo un observador de un fenómeno que consideraba era propio de una lucha intestina gremial y desoyeron los reclamos de la CGTP. Hasta que se empezaron a contar las víctimas; en el 2013, han sido asesinadas 48 personas en relación con las actividades de construcción civil, según datos de la policía.
Los gremios sindicales han reaccionado frente a la violencia. Luego de que se revelara que los asesinos del periodista Humberto Tasayco Lévano, acribillado en Chincha en julio pasado, eran miembros de un seudosindicato afiliado a la Confederación de Trabajadores del Perú (CTP), este gremio se comprometió a depurar el padrón de sus 130 sindicatos afiliados y ha retirado de sus filas a varios de ellos. Meses antes se supo que miembros de la banda La Gran Familia, de Chiclayo, integraban un sindicato de construcción civil afiliado a la CTP.
Actualmente existen seis federaciones de trabajadores de construcción civil, casi todas infiltradas por el crimen organizado y decenas de supuestos sindicatos que no pertenecen a ningún gremio nacional y que establecen relaciones con regiones y municipios. Por esa razón, una segunda medida a adoptarse es llevar a cabo los arreglos legales correspondientes para cancelar la inscripción de los grupos criminales con la tapadera sindical, una operación compleja por las garantías del derecho de asociación que, sin embargo, debe ser encarada.
Otras medidas están en listas como la aprobación de una norma que ponga mayores restricciones a las licencias para el uso de armas de fuego, el mejoramiento de la inteligencia policial de los grupos especializados en obras civiles y la prohibición estatutaria en los gremios sindicales para que ocupen cargos quienes han sido sentenciados por delitos dolosos.

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