Los consejos de Julio Velarde y Raymond Manco.
Ollanta Humala se equivocaría si creyera que ganó su batallita por los sueldos del BCR solo porque su presidente anuló el incremento de su sueldo, pues lo ocurrido es una victoria pírrica al costo de reforzar la sensación de que su enredo en lo irrelevante le impide ocuparse de lo trascendente.
De acuerdo con su política laboral para proteger sus cuadros técnicos –como lo haría cualquier organización responsable–, el directorio del BCR acordó, luego de dos años, otorgar un aumento promedio de 6% a sus trabajadores.
Para mostrar su “profundo desacuerdo con esta decisión”, Humala le envió a Velarde una carta en la que, además, le recuerda que él es “el funcionario que recibe la mayor remuneración del Estado peruano”.
Podría ser la piconería del capitán del equipo al enterarse de que hay alguien que gana más que él, pero eso sería tan insensato como si Iker Casillas se molestara porque el sueldo de CR7 es superior al suyo.
La carta buscó un impacto político para un Presidente que aún se está lamiendo las heridas por la mal explicada duplicación del sueldo de los ministros. Su verdadera intencionalidad se revela en el volanteo de la carta en vez de llamar a Velarde por teléfono, invitarlo a tomar un café o pedirles a los representantes del Ejecutivo en el directorio del BCR que hicieran notar el “profundo desacuerdo”. Hasta le pudo preguntar al ministro de Transportes José Gallardo, quien acaba de dejar el directorio del BCR.
La respuesta de Velarde al presidente Humala, mediante un comunicado de la gerencia de comunicaciones, como quien lo ningunea, es impecable. Le recuerda el “contexto internacional particularmente difícil que pone a prueba la fortaleza de nuestra economía” en el que se deben evitar “discusiones estériles que afectan la imagen internacional del país”, por lo que decide sacrificar su incremento pero dejando intacto el de todo el personal del BCR. Nada le da más cohesión a un grupo que un líder que se sacrifica por este.
Salvo ‘ahorrar’ S/.2,496 al mes en el BCR, Humala no ganó nada más que reforzar la percepción de ser alguien que se enreda con lo irrelevante y evade lo trascendente, como la incapacidad de su gobierno para acelerar la recuperación económica.
Un general escoge con cuidado las batallas que debe pelear. Esta de los sueldos del BCR es una que Humala debió obviar para no quedar tan mal parado como cuando la semana pasada comparó el destino del colombiano James Rodríguez con el de Ray mond Manco, y este le recomendó que mejor se ocupe de la inseguridad que está derrotando a su gobierno. Con más elegancia que Manco, Julio Velarde le recomendó lo mismo al presidente Humala.
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