viernes, 17 de octubre de 2014

El niño ciberacosador

LEÓN TRAHTEMBERG

Las víctimas del matoneo, acoso o bullying en las redes sociales suelen ser llevadas a sentirse muy mal consigo mismas y los demás, lo que conlleva a marginarse de ese mundo virtual.
Según los expertos, este tipo de acoso puede dañar más que el 'matoneo' presencial, pues los agresores niños o adolescentes no dimensionan el universo de los medios virtuales y hacen cosas que no harían en la vida real. ("Perfil del niño que 'matonea' en la Red" por Nicolás Bustamante, El Tiempo de Colombia 06/09/2014, reseña el informe sobre violencia en la red publicado por Pandi-Colombia).
Sostienen que los acosadores son, o han sido, víctimas de la agresión en un entorno familiar poco afectivo, ausencia de padre o madre, divorcios no amigables, violencia intrafamiliar, abuso o humillaciones ejercidos por adultos. Por ello, agredir a otros les resulta una salida o venganza por lo sufrido. Es frecuente encontrar acosadores con déficit de atención e hiperactividad, los que se burlan de todo y ponen apodos a sus compañeros. Tienen una total falta de empatía con las víctimas y no son conscientes del daño que pueden generar, o no les importa. Los medios virtuales además les ofrecen la ventaja del anonimato.
Las medidas preventivas esenciales implican limitar la información que se comparte en línea, aprender a bloquear mensajes ofensivos y reportar intimidaciones en las redes sociales, porque con frecuencia estas dejan huellas que permiten identificar al acosador.

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