Por: Juan Carlos Tafur
¿Qué masas va a mover Pedro Pablo Kuczynski para arrinconar al Congreso y obligarlo a dar su brazo a torcer en una ‘guerra’ de poderes que hasta el momento solo él y sus allegados parecen ver? Sería inédito no solo en el Perú, sino también en América Latina y en el mundo que un régimen tecnocrático de derecha sea capaz de movilizar al pueblo en tal forma y magnitud.
PPK tiene frente a sí la oportunidad histórica de conciliar con el fujimorismo y convertirlo en socio de las reformas económicas e institucionales que ambos comparten. Si actúa con inteligencia, puede aupar tras suyo a una bancada de al menos cien congresistas, unidos todos por un norte común.
Requiere cierto esfuerzo, sin duda, porque las relaciones políticas con el bloque naranja siguen algo afectadas por una contienda muy dura. Pero no hay nada imposible en política y, en este caso, hay varios puntos a favor.
Ojalá Kuczynski no le haga caso a los candorosos termocéfalos que a su alrededor le aconsejan que debe gobernar contra el Parlamento a punta de periodicazos, tontos arrebatos verbales o amagos de movimiento de masas (que, por cierto, jamás va a lograr convocar).
En una situación de conflicto de poderes quien va a perder es PPK, no el fujimorismo (ser oposición es infinitamente más rentable que cooperar con el oficialismo). Si se desata la tormenta que algunos allegados a Choquehuanca anhelan, habrán provocado el fracaso de su aconsejado.
Sí se puede gobernar contra el Congreso, pero el resultado será el de una gestión mediocre, que quedará exhausta al poco tiempo y pronto convocará a la protesta social.
Si PPK no logra un mínimo acuerdo de gobernabilidad con el fujimorismo, las calles saldrán, pero no a arrinconar a Fuerza Popular, sino en contra suya.
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