lunes, 13 de marzo de 2017

OPINIÓN | Políticos en lucha libre: circo y realidad, la palabra de Jorge Yui

Política
Gracias al zafarrancho político de la semana, la mayoría de los peruanos olvidó que la economía peruana se encuentra al borde de una crisis de inversión macroeconómica.
Por: Jorge Yui
Probablemente se trate de un es­pecialista de imagen, enquista­do en las más altas esferas del Gobierno, o de algún asesor de telerrealidad cobrando jugosos hono­rarios quien, en los últimos días, diri­gió la campaña de todos contra todos que prácticamente ha copado los ca­nales mediáticos. Modelado sobre los espectáculos de la lucha libre, el obje­tivo final es sumir a los espectadores en una suerte de histeria colectiva pro­vocada gracias a la capacidad sobrehu­mana de los luchadores de asimilar e in­fligir dolor, al asombro que despiertan sus aparatosas caídas, a la alternancia de sus gemidos y sufrimientos, mien­tras se turnan rítmicamente en el rol de torturadores y víctimas de las sevi­cias que se infligen en el cuadrilátero.
La primera tanda la propinaron las chi­cas malas del Poder Judicial, con su lema de “con los ovarios bien puestos”, quie­nes aplicaron una dolorosa llave al más importante pero también el más blan­do de sus oponentes: Pedro Pablo Ku­czynski, a quien prácticamente acusaron de haber recibido coimas. Prestamente, saltó en su ayuda su escudero, el primer ministro Fernando Zavala, quien inten­tó liberarlo respondiendo con alguna toma técnica a las atacantes, pero sin mayor consecuencia. Al mismo tiempo, saltó al ring la propia ministra de Justi­cia, quien parecía no entender la lógica de la lucha y terminó repartiendo gol­pes a ambos bandos por igual.
Rápidamente otros luchadores se su­maron a la turbamulta: un grupo de con­gresistas se ensañó con el vicepresidente Martín Vizcarra, quien lleva varios días atrapado entre las cuerdas del ‘affaire’ Chinchero y es castigado inmisericor­demente, y por igual por parte de fuji­moristas, apristas, acciopopulistas e in­cluso algunos pepekausas. También la ministra de Educación fue arrastrada al centro del cuadrilátero por breves mo­mentos, pero hábilmente comunicó que estaba desmontando la reforma curri­cular sin ser “un retroceso”.
En este folclórico espectáculo no fal­taron las cómicas intervenciones de las comparsas menores que desde el Con­greso lanzaron provocaciones al minis­tro del Interior sobre el peso o sobrepe­so de los policías, o quienes continúan insistiendo sobre el riesgo de volver ho­mosexuales a los niños peruanos a tra­vés de los textos escolares.
En conclusión, y gracias al zafarran­cho político de la semana, la mayoría de los peruanos olvidó que la economía pe­ruana se encuentra al borde de una cri­sis de inversión macroeconómica que rápidamente puede afectar el consu­mo de los peruanos de a pie y que qui­zás en estos momentos nuestra mayor mina de cobre y una de las mayores del mundo se haya declarado en huelga.

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