viernes, 26 de junio de 2015

La fallida educación para ser empleable

León Trahtemberg

En la CADE Educación 2015 procuré confrontar los paradigmas convencionales que intentan explicar el divorcio entre la oferta de profesionales y técnicos y la demanda de los empleadores que están frustrados porque buena parte de los candidatos no calzan con sus expectativas. La versión convencional sostiene que para remediarlo hay que capacitar a los jóvenes de secundaria o educación superior para adquirir las habilidades blandas deficitarias. Por mi parte sostuve que hacerlo en la secundaria ya es tarde, porque la empleabilidad se construye en los primeros 8 años de vida.
Veamos. ¿De qué se quejan los empleadores? Los candidatos tienen dificultad para analizar, investigar, resolver problemas, aprender cosas nuevas e innovar (por miedo al error o fracaso). Son mecánicos, repetitivos (no razonan). Tienen dificultad para tomar iniciativa, asumir responsabilidades con autonomía, comunicarse de manera efectiva y confrontar lo que dice el jefe. Dificultad para trabajar en equipo, cooperar, manejar conflictos, gestionar entornos de complejidad y pensar en el futuro desconocido. En suma, dificultad para “salirse de la caja”.
La pregunta es: ¿a qué edad se dan las condiciones favorables para construir estas habilidades y capacidades y en qué tipo de marco educativo? Sin duda en los primeros 8 años de vida y en espacios educativos modernos, flexibles, amigables, que entienden que el aprendizaje debe ser una experiencia placentera y en instituciones que tienen entre sus valores y principios rectores precisamente el cultivo de esas habilidades blandas. La neurociencia y la psicopedagogía de vanguardia lo avalan.

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