El Primero de Mayo es el Día Internacional de los Trabajadores. La efeméride se creó en homenaje a los mártires de Chicago, ahorcados el 11 de noviembre de 1887 por organizar sindicatos y luchar por la jornada de ocho horas. Los fundadores del socialismo científico –Marx y Engels– propugnaron esa conmemoración.
En todo el mundo, el sacrificio de los héroes proletarios impulsó la lucha por los derechos del trabajador, en especial por la jornada de ocho horas. Se hicieron realidad las palabras pronunciadas por uno de los mártires, de pie sobre el patíbulo: “¡Salud, oh tiempos en que nuestro silencio será más poderoso que nuestras voces que hoy se sofocan con la muerte!”.
Esa profecía se cumplió también en el Perú. El Primero de Mayo de 1905 se conmemoró la fecha por primera vez en nuestro país, en un acto organizado por Manuel Caracciolo Lévano. En ese acto Manuel González Prada pronunció su discurso imperecedero “El intelectual y el obrero”. Manuel Caracciolo Lévano, flamante presidente de la Federación de Obreros Panaderos, leyó su discurso “Lo que son y lo que debieran ser los gremios obreros en el Perú”. Ambos textos fueron publicados al día siguiente en el diario La Prensa.
Del extenso escrito de Lévano transcribimos breves párrafos, por su sustancial actualidad:
“Múltiples y distintos son los medios; así como varia la tendencia de las sociedades con tendencias reformadoras; pero mucho más profícuos, altruistas y radicales son los principios, las doctrinas que el avanzado socialismo, la revolución social pone en nuestras manos para reivindicar nuestros derechos y libertades de hombres libres, para emprender nuestra emancipación de esas clases dominantes que con tanta ferocidad vienen usando todos los medios inicuos de terror para ahogar en sangre nuestros más grandes y generosos ideales”.
En la ceremonia, a la que acudió una multitud obrera, se distribuyó un folleto que contenía los estatutos de la Federación de Panaderos, que incluía este párrafo:
“Trabajar y hacer causa común con los demás gremios obreros por obtener: aumento de jornales, descanso dominical, ocho horas de trabajo, supresión del trabajo nocturno, auxilio en los accidentes, invalidez y ancianidad, supresión de impuestos sobre los consumos y, en general, cuanto propenda a levantar el nivel físico, económico e intelectual del proletario”.
Firmaban Manuel Caracciolo Lévano, Presidente; Delfín A. Lévano, 1er. Secretario; Germán R. Torres, 2 do. Secretario.
En el Perú, donde la jornada de 8 horas se conquistó, tras años de lucha heroica, ese y otros logros han sido suprimidos desde Alberto Fujimori, quien no solo masacró personas, sino también derechos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario