La agencia anti-narcóticos de los Estados Unidos declaró que la candidata Keiko Fujimori no está siendo –ni ha sido– investigada. Lo curioso es que los dos bandos que se enfrentan políticamente por el poder han tomado el mensaje como una confirmación de sus elucubraciones: los fujimoristas han dicho que lo señalado por la DEA pone en evidencia que lo denunciado el domingo es solo una estrategia de guerra sucia en contra de ellos.
Por su parte, quienes hablan desde la otra orilla han dicho que lo que la DEA ha señalado confirma la tesis de investigación que el equipo de Cuarto Poder siguió de la mano con Gerardo Reyes y Univisión: que nadie nunca dijo que Keiko estaba siendo investigada. Que la investigación es en contra de Joaquín Ramírez y que la cuestión investigada es que él habría lavado dinero que le entregó Keiko Fujimori.
En esta falsa dicotomía es que los hechos han dejado de ser importantes. Los voceros de ambas tribunas se han convertido en exégetas de la realidad que hacen cuadrar sobre ella las más curiosas argumentaciones. Esto, sin embargo, es más simple de lo que parece: el Secretario General de una de las dos tiendas políticas más importantes del país está siendo investigado en el Perú y quizás en los Estados Unidos.
¿Es eso una noticia? Sí. Ramírez es, además, aportante de Fuerza Popular. ¿Que Ramírez esté siendo investigado lo hace culpable? No. Hay que mantener la calma. Para investigar y conocer lo que sucedió. No lo que quienes tienen intereses quieren que creamos que sucedió. Sin insultos, que no suman. ❧
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