domingo, 1 de mayo de 2016

Elecciones 2016: Pruebas del fraude electoral

Keiko Fujimori y Factor K entregando premios
El Perú viene sufriendo elecciones fraudulentas desde el inicio de la República, la cultura social ha permitido que los votos se compren con aguardiente o un kilo de arroz, a veces con unas cuantas monedas, lo que ha hecho que los candidatos ganadores de la presidencia no siempre hayan sido el reflejo de la voluntad popular sino el resultado de la pobreza material y educacional de gran parte de la población.
Ha habido lapsos de la historia peruana en que ha habido una reacción colectiva que ha ocasionado la elección legítima de un gobernante que no recurrió a corromper la voluntad de los electores, fueron como chispazos de iluminación divina en la mente de los peruanos, que luego los dejaron para dar lugar otra vez a elecciones viscerales.
Desde las elecciones internas en los partidos, la mayoría simuladas y otras plagadas de corruptelas dirigidas a elegir al candidato de la cúpula, el Perú asistió a elecciones generales el 10 de abril del 2016, cargando como candidatos, el fruto del fraude preliminar de la voluntad popular: “Hecha la ley hecha la trampa”.
Nadie atendió las denuncias de fraude en los partidos, las amenazas de expulsión siempre las silencian, el abuso del poder se impuso proclamando a los candidatos presidenciales fraudulentos.
IRREGULARIDADES
La entrega de dinero a los dirigentes para que “traigan a los militantes a votar”, los chifas y almuerzos rociados de abundante cerveza y chicharronadas después de votar por el generoso pre-candidato, el ocultamiento de los lugares de votación a los militantes, concentrar la votación de tres distritos populosos en un solo lugar de votación inaccesible, padrones incompletos en los lugares donde no cuentan con apoyo popular, recortar el horario de votación sin avisar a nadie, para que solo lleguen a votar los militantes traídos por los dirigentes sobornados, dueños de las casas convertidas en centros de votación, hostiles a todo candidato que no sea el apoyado por la cúpula, cuya propaganda era la única colgada en las paredes. Otros repartiendo el voto pre-marcado en la fila de votantes, golpes a los personeros de otros pre-candidatos que protestaron, son solo algunos de los ejemplos de elecciones internas fraudulentas habidas en la campaña reciente, en que para colmo se exhibe como garantía democrática la supervisión de ONPE y los candidatos “elegidos” se rasgan las vestiduras hablando de honestidad.

Hemos permitido que el JNE mantenga en el proceso electoral a Keiko Fujimori, cuando somos testigos que transgredió el art. 42 de la Ley 30414 entregando dinero en todo el país en concursos de hip hop, existiendo prueba fílmica del 14 de febrero del 2016, donde no solo se aprecia a la candidata entregando los sobres con el dinero, sino que habla diciendo que han organizado esos concursos en todo el país, relievando que son ellos (Fuerza Popular) quien los ha organizado, apareciendo un representante de Factor K, como un asistente de apoyo organizativo de tales concursos, una cámara capta al joven ganador que abre el sobre y revisa los billetes que contiene.
FUJIMONTE-CINISMO
¿Necesita más pruebas la Dirección de Fiscalización del JNE? O es que hemos vuelto ya a la época del fuji-montesinismo, donde la característica era precisamente el cinismo para actuar en los medios judiciales y electorales, emitiéndose resoluciones como la que permite a Keiko Fujimori seguir amenazando al Perú con volver a traer la tragedia nacional que nos ocasionó ese gobierno nefasto.

Mucho se han preocupado de no permitir intervenir en el proceso electoral al MOVADEF, ¿Por qué no lo han hecho con organizaciones políticas que cambiando de nombre como de disfraz pretenden volver al poder para hacer daño a la nación con el comportamiento delictivo que los caracteriza? ¿Cómo se inscribió como partido Fuerza Popular en el plazo materialmente imposible de dos meses?
Las deficiencias del sistema judicial de nuestro país, el desenfoque fiscal y judicial de quienes debieron ser procesados penalmente e inhabilitados para la función pública por complicidad con la dictadura de la corrupción fujimorista, hasta en el Congreso, ha permitido que esa organización promovida por un clan familiar de conducta gravemente delictiva, se reconstituya y amenace a la nación con volver.
A igual razón igual derecho, dice el refrán jurídico que sintetiza el principio de igualdad ante la ley, derecho constitucional que una vergonzosa mayoría del JNE decidió vulnerar para mantener en la contienda a Keiko Fujimori, cuando por lo mismo sacó a César Acuña, esto, es FRAUDE ELECTORAL, pues evidencia parcialidad manifiesta con una de las candidatas, que puede transgredir la misma ley y gozar de impunidad y protección de los órganos electorales.
PREVARICATO Y SILENCIO
Las cédulas de votación pre-marcadas con el voto por Fuerza Popular y las pruebas fílmicas de personas haciendo marcar a la población las cédulas dos días antes de la elección a cambio de un envase de plástico y un calendario de Keiko, se han silenciado, pese a ser causa suficiente para invalidar las elecciones.

Al prevaricato de los miembros del JNE que firmaron la aberrante resolución que dijo que Keiko Fujimori no hizo lo que hizo, se suma el lastimoso silencio de la Fiscalía, que frente al probado delito de corrupción de la voluntad electoral de esta candidata, que data además de una acción delictiva continua desde hace 10 años, no ha formulado de inmediato denuncia penal ante el Poder Judicial. No ha habido ni un solo Fiscal que investigue de oficio la conducta prevaricadora de los tres miembros del JNE que firmaron la ilegal resolución.
Sugerimos a los organizadores de la Marcha Keiko No Va, se le complemente: EL FRAUDE NO VA, y no permitamos que los órganos electorales nos impongan elecciones fraudulentas con un ejercicio abusivo y pernicioso del poder.
Un señora fue condenada a 8 años de prisión por tirar una bofetada a un policía, a otra le pusieron 4 años por haber robado varias casas, a los miembros del JNE nadie los investiga por el delito flagrante de prevaricato que han cometido, a Keiko Fujimori le congelan la denuncia por corrupción de la voluntad electoral, la crisis del sistema judicial del país es evidente, lo que hace posible la gestación de fraudes electorales como el que vive hoy el Perú.
Hagamos todos los esfuerzos para no callar la corrupción, para no consentir el fraude electoral, no seamos cómplices del grave daño moral a nuestra nación. La mejor manera de combatir la corrupción es exhibirla ante los ojos de todos, porque es en la cobardía del silencio, en la oscura ambigüedad del alma de los hombres, en que se cobija y crece como monstruo capaz de destruir una nación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario