Los remanentes terroristas, o como quiera llamárseles, se concentraron dentro del espacio de los ríos Apurímac y Ene, comprendiendo algunas provincias y distritos de los departamentos de Apurímac, Ayacucho, Cusco y Junín.
Lo expuesto obligó al Estado a buscar fórmulas que articularan las tareas de interdicción de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional, con las labores de desarrollo económico y de apoyo social a cargo de los ministerios y otros organismos del Estado, involucrando a los tres niveles gubernamentales.
Inicialmente se creó el programa denominado “Una Opción de Paz y Desarrollo en Seguridad para el Valle los Ríos Apurímac y Ene” con la sigla Plan VRAE, bajo la tutela de la PCM para posteriormente trasladar al Sector Defensa la responsabilidad de las tareas del desarrollo, en adición al combate contra el terrorismo, lo que fue exitoso. Luego regresó la función del desarrollo a la PCM, que por la carga de sus responsabilidades y la adscripción a su autoridad de muchos organismos públicos y programas, lamentablemente no tuvo el resultado deseado.
Con el correr del tiempo se agregó al territorio del “Plan VRAE” a la provincia de Tayacaja del departamento de Huancavelica, para después extender sus límites hasta el río Mantaro, crear una secretaría técnica y agregarle una “M” al “VRAE” como si ello le diera más valor, transformándose el proyecto en el actual “Plan VRAEM”.
Las idas y venidas normativas en el hoy Plan “VRAEM” no han hecho más eficiente la labor del Estado en ésa convulsionada zona en que el narcotráfico está estrechamente relacionado con el terrorismo, en que este último pasó de ser una fuerza de protección, a socios de los delincuentes terroristas y que aparentemente se han convertido en cártel de la droga.
A un grupo de despistados parlamentarios se les ha ocurrido, complicar más las cosas, al pretender que el territorio del Plan Vraem se convierta en una región más, olvidando incluso que el proceso de la descentralización, vía regionalización, necesita de diversos ajustes pues no está cumpliendo a cabalidad con sus objetivos.
Los parlamentarios autores del descabellado proyecto de ley, se han dado maña para pretender sacarle la vuelta a la Constitución, creyendo probablemente que todos son tontos en el Perú. Grave error, hay personas que no permitirán que se atente contra la Constitución.
Señala la Constitución, como atribución del Congreso, “aprobar la demarcación territorial que proponga el Poder Ejecutivo”, y la propuesta legislativa le encarga al Ejecutivo presentar al Parlamento una iniciativa legislativa para crear la Región Vraem, la que englobaría algunas provincias y distritos que están dentro de la jurisdicción de cinco departamentos, como son Apurímac, Ayacucho, Cuzco, Huancavelica y Junín. Quieren una nueva región, no bastándoles el error del proceso de descentralización que en la práctica convierte a los departamentos en regiones.
¿Se imaginan? Una nueva región en que habrá que elegir a su Gobernador Regional con sus Consejeros, designar Corte Superior de Justicia, instalar diversas reparticiones públicas que hoy dependen de otras circunscripciones, elevar el gasto público burocrático, hacer variaciones presupuestales, tener otro distrito electoral para efecto de los comicios, modificar la distribución de los parlamentarios en el sistema de distrito múltiple, redistribución de canon, y muchas otras incidencias.
Pero lo peor, exponerse a protesta social por el recorte territorial en cinco departamentos. ¡Piensen un poquito!