viernes, 8 de noviembre de 2013

La aplanadora fujimorista


Está por empezar el juicio contra Fujimori por la manipulación de los periódicos baratos que usaban para denigrar y difamar a opositores políticos o a cualquiera que osara cuestionarlos o denunciarlos.
El mensaje era claro: te metes con nosotros, te destruimos.
Para quien no vivió esa época puede parecer algo poco trascendente, pero debe imaginar el contexto: Los grandes medios estaban comprados por el gobierno (estas sospechas se confirmaron con los videos del asesor de Fujimori pagándole a los dueños).
La oposición política y la prensa crítica tenían espacios minúsculos de expresión. No había Internet o algo parecido. Veías tele, escuchabas radio o te informabas leyendo diarios con un solo y monocorde discurso: el del gobierno. Con muy escasas excepciones como este diario, Hildebrandt, Canal N y C. Valenzuela –en sus momentos más distinguidos– y otros que no nombro por espacio pero que estuvieron al pie del cañón.
El gobierno dictaba la realidad que quería que los peruanos vieran: tergiversada y falaz. Encubriendo todos sus delitos.
Negacionismo: Negar verdades históricas y hechos reales. Ese ha sido siempre el modus operandi fujimorista. Negar el secuestro de los estudiantes de La Cantuta (http://bit.ly/19FYyIE) aprobando el informe oficialista con la tesis del autosecuestro (con voto de Martha Chávez y su defensa expresa que consta en actas); negar responsabilidad de sus militares en el descuartizamiento de la agente del Estado Mariela Barreto. O sugerir que las torturas que discapacitaron para siempre a Leonor La Rosa –otra agente– habían sido autoinflingidas. Martha Chávez, una de las más orgullosas negacionistas, llegó a decir sobre la malograda Leonor La Rosa: “Yo me puedo quemar la mano y decir que Ud. me lo hizo¨ http://bit.ly/16Vze2p min. 00:27).
Hasta hoy niegan las esterilizaciones forzadas como práctica sistemática, los delitos de lesa humanidad y todo cuanto los incrimine. Y en esa negación, niegan a las víctimas visibilidad y nombre, a sus familiares respeto a su dolor y acompañamiento, y a todos –que pudimos ser esos desaparecidos y asesinados sin procesos de ley y por la sola sospecha– nos niegan el derecho que todo humano debe tener a defenderse.
El fujimorismo se acostumbró a ser una aplanadora de chancar honras de quienes los contradecían. Un flashback a ese pasado macabro se vio cuando el respetado e íntegro Dr. Elmer Huertas fue atacado vilmente por A. Aguinaga con insultos y mentiras solo por desnudar el falso cáncer terminal que quisieron vendernos. Otra muestra de ese modo sucio de operar ha vuelto a verse en toda su desaforada expresión en los insultos y mentiras fabricadas que la Sra. Martha Chávez ha proferido a quienes cuestionamos su reciente encargo en el Grupo de DD.HH.
Mal usando la inmunidad congresal, ha hecho lo que los fujimoristas de viejo cuño mejor saben: enlodar, mentir, tergiversar, amedrentar y usar su posición de poder. No me alegro de que se haya anulado su designación, porque el que haya sido designada, aunque por pocos días, debe preocuparnos por lo que dice de la poca memoria de sus colegas, su poco amor y respeto al país. Siete días de declaraciones altisonantes de la Sra. Chávez tuvieron que pasar para que recuerden que alguien que no muestra el más mínimo respeto a la opinión contraria del ciudadano, difícilmente lo mostrará a otros derechos.
¿Qué hay detrás de ese intento fujimorista, de las constantes y diseñadas apariciones mediáticas de AFF, las ausencias de Keiko? El tenebroso y sus viejas prácticas están en campaña. Estamos avisad
os.

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