martes, 12 de noviembre de 2013

Iván Slocovich Pardo

La columna del director

Ollanta y el "cogobierno"

Habría que estar en los zapatos del presidente Ollanta Humala para descifrar por qué el sábado último en Cerro de Pasco salió muy seguro él, y a voz en cuello, a admitir que el país lo gobierna "en familia" junto a su esposa Nadine Heredia, y a decir que en breve ella llegará a esa zona del país a "verificar" los colegios, los comedores, Juntos y Beca 18, como si la señora fuera una autoridad elegida por el pueblo o con responsabilidad legal como la que tienen ministros y demás funcionarios para efectuar labores dentro del sistema estatal.
Sospecho yo que el jefe de Estado, irritado por los dimes y diretes entre su esposa y la ex primera dama Pilar Nores, quien ha cuestionado la manera en que se ejecutan hoy los programas sociales –en lo que ha sido respaldada vía Twitter por Alan García–, quiso marcar la diferencia –muy sutilmente– y dejar en claro que él trabaja y ejerce su mandato al lado de su familia, en una escena digna de foto colgada en Facebook y en la sala de la casa, mientras el líder aprista y la señora están separados y atraviesan por las situaciones conyugales que todo el país conoce.
Sin embargo, la cosa ha salido tan mal el sábado último en Pasco, que lo único que hizo el Mandatario al decir que maneja el país con su esposa y que ella va a hacer labores de Estado como "verificar" obras que se ejecutan con recursos públicos, ha sido admitir el obvio cogobierno que existe en el Perú y sacar a flote el tema en momentos en que la popularidad de Humala cae y la de su esposa comienza a recuperarse. De ahí que la oposición y los críticos hayan resucitado ahora la posibilidad de la ilegal "reelección conyugal".
Tengamos en cuenta que este último asunto, sumado al de Repsol, fue el que desde abril y mayo comenzó a minar aceleradamente la popularidad del gobernante, quien pese a rechazar de plano en julio último el intento de lanzar a su esposa a la Presidencia en el 2016, no ha podido recuperar la generosa aceptación que ostentaba hasta fines del verano último. El tema de la "reelección conyugal" no es cualquier cosa. Es muy delicado para la imagen del Gobierno y del Perú en general.
Cómo habrán salido de mal las cosas, y qué tan delicado será el asunto, que en las últimas horas hemos tenido a congresistas oficialistas, incluyendo a Daniel Abugattás, a la vicepresidenta Marisol Espinoza y hasta al flamante presidente del Consejo de Ministros, César Villanueva, tratando de explicar lo dicho por Humala, con lo que el jefe de gabinete, que tiene mucho trabajo por delante, ya se estrenó como "traductor" al salir a indicar algo así como que el Mandatario no dijo lo que dijo, y que fue malinterpretado. En fin.
Mal ha hecho el jefe de Estado en sacar a la luz otra vez este tema, que le puede generar muchos pasivos, sobre todo si consideramos que hoy Humala cuenta con un premier rodeado de ministros a los que apenas conoce y carece de una bancada congresal sólida y consistente que lo salga a defender. Es evidente el "cogobierno" pese a la Constitución. No obstante, el asunto ha sido sacado absurdamente a la luz a pesar de que se necesitaba bajar el ruido y generar confianza para seguir avanzando como país. Muy mal jugado.

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