sábado, 7 de mayo de 2016

OPINIÓN | Jorge Villena: Keiko contra Keiko

Por: Jorge Villena

El principal rival de Keiko Fujimori es el antifu­jimorismo. Si el mayor atributo de su candida­tura es llevar el apellido de su padre, esto es al mismo tiempo su inmenso pasivo.

El antifujimorismo representa un fuerte y bien or­ganizado movimiento social que está principalmente instigado desde la izquierda, pero va más allá. Por eso, es frecuente ver cómo la izquierda, equivocadamen­te, ha creído que para tener éxito, se necesita ser sola­mente antifujimorista.

El antifujimorismo no necesita que PPK haga de­claraciones de repudio, deslindes, hojas de ruta o algo parecido; harán algunos disfuerzos y pataletas, pero, al final, votarán disciplinadamente contra el fujimo­rismo. En este caso, por PPK, así que este no debe preocupar­se por hacer mayores concesiones.

Keiko Fujimori ha mejorado su desem­peño público y a su organización política, pero no sabemos si lo suficiente como para vencer al antifujimorismo. Si algo ha demostrado des­de el 2011, es una gran disciplina: saben que un error puede costarles la elección; por eso, la misma Keiko calcula bien su aparición en medios, evita la sobreex­posición y hace declaraciones que, se nota, han sido fríamente estudiadas. Incluso ha hecho tanto ‘media training’ que ha perdido naturalidad y parece que se ha memorizado el balotario de preguntas.

A Keiko se le nota con hambre de triunfo: no ha de­jado de hacer campaña y organizar su partido desde que perdió la segunda vuelta hace 5 años, no hace via­jecitos de descanso al extranjero, no tiene feriados o festejos, y ha invertido millones sembrando estructu­ra partidaria, que le ha servido para cosechar un 40% de los votos en esta primera vuelta, lo cual le garanti­za que en los próximos cinco años, gane o pierda, el fu­jimorismo va a gobernar.

A diferencia de PPK, para ganar esta elección, Keiko Fujimori solo depende de ella misma, de mantener el ritmo de trabajo que ha venido desarrollando y de te­ner la disciplina necesaria para no alterar el orden en su campaña.

El principal desafío de Keiko será convencer al Perú, pero, sobre todo, a su propia organización. Ya no pue­den ni deben ser lo que fueron en los noventa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario