viernes, 16 de agosto de 2013

Peor que la enfermedad

Se les dijo, se les advirtió, se les demostró con múltiples razones. No hicieron caso. Ahora, tanto el presidente Ollanta Humala como su ministro de Economía, Luis Castilla, reconocen que la economía del Perú sufre ya una crisis. “Entramos en un estado de vacas menos gordas”, ha sentenciado Castilla.


César Lévano
César Lévano
Razón Socialcesar.levano@laprimeraperu.pe
“Lo que hemos visto”, explica, “es un shock externo mucho más intenso del que habíamos previsto”.

Lo cual exhibe las fallas fundamentales de la política económica impuesta por el FMI y el Banco Mundial, política que está matando de hambre al pueblo de España, Grecia, Portugal e Irlanda.

Las fallas centrales de ese diktat son: 1.- Asegurar que el desenfreno del mercado es factor de crecimiento. 2.- Suponer que el camino al progreso tiene su eje en la exportación de materias primas, no en la atención a la industria y al agro internos.

De paso, queda probado que el gran salto de la economía de China y de la India, a base de inversiones foráneas, está tocando a su fin, después de haber impulsado el crecimiento –no el desarrollo– de economías como la del Perú. Ese crecimiento no se debió al genio de Alan García, como él afirma. Fue impulso externo.

Hoy, agotado en gran parte ese impulso, las vacas gordas empiezan a desinflarse. El neoliberalismo fanático del régimen no tiene fórmulas adecuadas para confrontar los nuevos retos. El ministro Castilla ha expuesto su programa: mantener una política fiscal expansiva; reducir las trabas a la inversión e impulsar reformas del Estado en el servicio civil y el de salud.

Sin duda que es necesario expandir el gasto público, aunque eso viole el catecismo neoliberal. Pero ¡cuidado! Porque hay sectores deseosos de asociarse con el Estado con el fin de enriquecerse y nada más.

Hay, además, cuellos de botella contra la inversión privada. Castilla, que fue viceministro de Alan García, sabe que el gobierno aprista frustró proyectos porque todo lo sujetaba a la coima.

El domingo 17 de junio del 2012 denuncié en LA PRIMERA, por ejemplo, que el gran proyecto hidráulico y de irrigación (218,000 hectáreas) de Pampas Verdes, que podía transformar la economía de Ayacucho, Ica y Arequipa. Se había diseñado una inversión de cuatro mil millones de dólares. Del Estado solo se pedía que se le diera carácter de interés nacional. Pero surgió un escollo: Alan García pedía, para esto, la mitad de las acciones.

Aparte de la investigación pertinente, sería bueno que se diera luz verde a este y a otros proyectos estancados por la corrupción.

En lo de servicio civil, hay que temer los despidos, y en salud, la desenfrenada privatización.

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