domingo, 11 de enero de 2015

“SIGO EN EL FUJIMORISMO POR LÁSTIMA Y SOLIDARIDAD”

Asimismo, reconoció que Alberto Fujimori, preso en la Diroes por crímenes de lesa humanidad, falló como político. Sin embargo, afirmó, tal cual vaticinio electoral, que el apellido nipón “surgirá como un recuerdo saneado” porque “la gente se olvida de las fallas muchas veces”.
En la entrevista realizada por la periodista Marisol Grau, la exlegisladora, quien defendió el polémico proyecto reeleccionista del 2000 de su líder histórico, desenmarañó sus recuerdos e hizo confesiones, pero sin ningún arrepentimiento de los actos cometidos porque, como dice ella, “la vida es la vida”. Bajo esta misma premisa, Hildebrandt dejó en claro que “una mujer perfecta es una mediocre de mierda (…) Las personas brillantes tienen errores brillantes. No hay que arrepentirse de nada, la vida es como es”.
REFELXIONES SIN MEA CULPA
La aún fujimorista aseguró que solo por “lealtad” no renunció a la presidencia del Congreso cuando el 19 de noviembre del 2000, desde Japón, su líder dimitió al cargo del jefe de Estado, luego de que fueran difundidos los ‘vladivideos’.
“Esto lo digo aunque me perjudique: cuando Fujimori renuncia por fax, en ese instante también debí renunciar. Pero por lealtad no lo hice. Pensé que Fujimori regresaría, todavía creía en él ¿Sabes cuantas veces he ido a visitarlo a su prisión en la Diroes? Una”, enfatizó.
Pero no solo eso. Aclaró que la prisión “era bastante cómoda” y se preguntó “cuántos presos quisieran estar ahí”. Esto deslinda del reiterativo argumento que utiliza Alberto Fujimori, quien jura que está sometido a “una condición realmente cruel”.
Al ser consultada por la periodista si aún se considera fujimorista (a pesar de todo), la lingüista precisó que solo sigue militando por “lástima y solidaridad”. “Él falló como político”, manifestó. En esa línea, recalcó que el baldón es haber sido fujimorista, pero eso, en sus palabras, no la pone contenta ni tan descontenta como para desafilarse porque eso es algo poco valiente. 
La compasión también la extendió a Keiko Fujimori, quien, según la académica, tuvo una carga pesada al tener que escoger entre el padre y la madre cuando tenía 13 años. No obstante, elogió que la lideresa de Fuerza Popular haya manejado muy bien su vida. “Que sea o no presidenta es lo de menos”, señaló.
-¿Tiene opción?
“Sí, porque la vida es un flujo y reflujo. Dentro de unos años, tal vez diez, el apellido Fujimori surgirá como un recuerdo saneado al lado de los que están ahora. La gente se olvida de las fallas muchas veces y toma la parte buena”.
ARMAS EN EL PALADAR
Sobre el presidente de la República, Ollanta Humala, la excongresista recordó que al inicio lo tildó de “cachaco mediocre”, pero ahora es un enigma porque fue criado por Don Isaac Humala, a quien calificó de inteligente y culto aunque un “poco loco”.
MÍ QUERIDO Y ODIADO HERMANO
En la entrevista, Martha Hildebrandt dedicó unas líneas a su hermano, César Hildebrandt. Entre conservadores comentarios (para el siglo XXI), la lingüista afirmó que admira al periodista, pero que se llevan mal.
“Mi padre era polígamo, tuvo varios hijos. Eso toda la vida me repugnó, me pareció un desorden. Uno de ellos es César Hildebrandt, a quien admiro, es inteligentísimo, pero nos llevamos de la patada (…) No lo veo nunca”, indicó. 

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