domingo, 11 de enero de 2015

LEA "FUJIMORI, SENTENCIADO POR UNANIMIDAD", LA COLUMNA DE RONALD GAMARRA

El caso “prensa chicha” está directamente vinculado a la fraudulenta reelección de Alberto Fujimori en el año 2000.
Para concretar esa ambición, Fujimori utilizó la “prensa amarilla”, la prensa sensacionalista, sobornando a sus propietarios y comprando los titulares y la línea editorial de esos medios de comunicación. Pero ni siquiera lo hizo con su dinero o el de sus partidarios. Para ello, desvió fondos de la Fuerza Aérea y del Ejército, de manera tal que todos estos montos fueron concentrados en el SIN bajo la administración de Vladimiro Montesinos y el propio Alberto Fujimori.
Con ese dinero, robado a las Fuerzas Armadas del Perú, a la defensa nacional, finalmente a todos los peruanos, Fujimori y Montesinos financiaron la millonaria campaña reeleccionista, haciendo de la “prensa chicha” el ariete agresivo donde se publicaban profusamente titulares y textos difamatorios, elaborados en el SIN, contra los políticos de oposición. La táctica era demoler a todo candidato que pudiera mostrar posibilidades de representar un desafío a las aspiraciones de Fujimori.
En realidad este caso fue juzgado hace diez años, pero sin Fujimori, que estaba prófugo, en Japón. Entonces comparecieron ante la justicia los demás autores de los hechos delictuosos como Montesinos, el Comandante General del Ejército Villanueva Ruesta y el Comandante General de la Fuerza Aérea Elesván Bello, entre otros. Ellos fueron juzgados en el 2005 y condenados, básicamente, por asociación ilícita para delinquir y peculado, a 8 años de pena privativa de libertad, 3 años de inhabilitación y el pago de una reparación civil de 3 millones de soles. Hoy, diez años después, en enero del 2015, Alberto Fujimori ha sido condenado por delito de peculado con base a estos mismos hechos, a la pena privativa de libertad de 8 años, 3 años de inhabilitación y el pago de una reparación civil solidaria de 3 millones de soles.
Evidentemente, el perjuicio para el Estado es mayor a los 3 millones fijados como reparación, porque el dinero robado al Estado y desviado hacia los diarios “chicha” fue mayor a 100 millones. Pero Fujimori no va a pagar nada. Recordemos que tiene una reparación civil acumulada de al menos 24 millones de soles. Y no ha pagado ni un sol.
En el juicio del 2005 desfilaron el jefe real del SIN Vladimiro Montesinos, los ex Comandantes Generales de la Fuerza Aérea y del Ejército ya citados, el jefe formal del SIN, personal del SIN, personal asignado a la alta dirección del SIN, personal de la Fuerza Aérea y personal del Ejército. Todos ellos cantaron mejor que en la ópera y confirmaron fehacientemente el grosero desvío de fondos de las instituciones militares, la orden emitida para el desvío de los fondos hacia el SIN, y luego el pago regular de sobornos, a través de una serie de testaferros, a los propietarios y representantes de los diarios “chicha”. Hay abundancia de pruebas y una serie de revisiones documentarias y peritajes realizados tanto en la Fuerza Aérea como en el Ejército, que demuestran el iter criminis seguido por la banda encabezada por Fujimori y Montesinos.
La sentencia emitida este 9 de enero contra Fujimori está firmemente sustentada en pruebas concluyentes. Por eso, porque no hay lugar a la menor duda, la sentencia se ha dictado con el criterio unánime de las tres juezas que componen el Tribunal, quienes han determinado la pena máxima de acuerdo a la ley vigente. Fujimori ha sido condenado, una vez más, en un juicio ejemplar. Que no se queje pues, siendo culpable, cumple condena en una situación de escandaloso privilegio con respecto a todos los demás presos del país.

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