domingo, 15 de septiembre de 2013

Embajador Gabriel García Pike

Reflexiones de un diplomático

Rusia, la nueva diplomacia y Siria

Esta última semana hemos sido testigos del despliegue de lo que es una diplomacia inteligente. El canciller ruso, señor Lavrov, ha conseguido una victoria diplomática muy importante al lograr evitar que el conflicto sirio traspasara las fronteras de una guerra civil, y se convirtiera en probablemente una guerra internacional de alcances y complicaciones impredecibles. Esto ha significado poner nuevamente al Kremlin en el centro de la política internacional. La acción diplomática propuesta por el canciller ruso a su presidente Putin fue una en la que Rusia realizaba un planteamiento para conseguir la paz en Siria, evitando el ataque "quirúrgico" estadounidense y otorgándole de paso una salida airosa al presidente Obama, para que no perdiera la cara. Ella fue la de que un equipo internacional retirara las armas químicas que pudiera tener Siria. Esta propuesta también facilitaba al presidente, Bashar al Asad, poder evitar el ataque sin tener que renunciar a su gobierno. Ahora, el Kremlin ha demostrado que participa en el juego internacional del Medio Oriente, y de paso no abandona a sus aliados y retiene su base naval en Siria.
El presidente Putin comprendió sagazmente cuál era la política que le planteaba Lavrov, y que además de poner a Rusia nuevamente como potencia le otorgaba una preeminencia internacional como la superpotencia que retorna después del invierno.
Por otro lado, quien también salió beneficiado de esta diplomacia rusa fue el propio presidente Obama, que no se ha visto obligado a dar marcha atrás aparatosamente, pues tampoco tenía asegurado el voto aprobatorio en su Congreso y una creciente mayoría, más del 56% de su población, se mostraba en contra de una nueva intervención militar en el Cercano Oriente.
La acción rusa no solo ha puesto a dicho país nuevamente en el tablero internacional, sino que ha hecho respetar los fueros internacionales, como al propio Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Los jefes de la diplomacia de Estados Unidos y de Rusia, Kerry y Lavrov, ya se reunieron con el mediador internacional para Siria, Lakhdar Brahimi, con quien acordaron volver a entrevistarse el próximo día 28 y fijar entonces una fecha para celebrar la conferencia de paz para Siria, demostrándose con ello, una vez más, que la diplomacia no es hacer la guerra sino más bien evitarla y que el diálogo es la mejor manera de entenderse (algo que debería comprenderse en la política interna de nuestro país).
Todo esto conlleva en el futuro a que para cualquier acción de envergadura a nivel internacional se tendrá que tener en consideración la participación de Rusia en dichas decisiones. Asimismo, Irán, que ahora tiene un gobierno más moderado, no se sentirá que está puesto contra las cuerdas. Por otro lado, el propio Israel entenderá que ahora no solo tiene que lograr el beneplácito de Estados Unidos, sino que también deberá buscar un entendimiento con Rusia, y este país ha vuelto a aplicar la política exterior zarista, es decir, la política imperial de lograr objetivos sin la necesidad de adentrarse en conflictos armados.

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