miércoles, 27 de enero de 2016

Soy peruano y paro a los corruptos


Julio Guzmán
 
Cuando yo era niño mi padre me dijo que la única forma de ser exitoso es haciendo las cosas correctamente, haciendo las cosas de manera transparente, recta. Que cualquier otra forma no se puede llamar éxito. A lo largo de mi vida he seguido esa enseñanza al detalle. Ahora les enseño lo mismo a mis hijos. 
 
Ahora que postulo a la Presidencia de la República tengo un reto más grande: debo arreglar el sistema para que dejemos de ser una tierra de nadie. Donde solo el que tiene dinero consigue lo que quiere.
 
Terminar con la corrupción es una necesitad urgente. No solo por cuestiones morales. La corrupción es como si los peruanos tuviéramos que pagar un impuesto más. 
 
Por culpa de la corrupción, los colegios se caen a pedazos por hacerse con malos materiales.
 
Por culpa de la corrupción, no tenemos seguridad, porque malos policías, fiscales y jueces permiten que reine la mafia. 
 
Por culpa de la corrupción, no tenemos seguridad jurídica, porque en nuestro país todo se falsifica.
 
Por ejemplo, hace muy poco la contraloría acaba de detectar irregularidades en el Gasoducto del Sur por 136 millones de dólares. Con el dinero robado en ese solo caso podríamos haber llevado agua potable a 30 mil familias, o podríamos haber construido 2300 centros de salud bien equipados, o podríamos haber tratado a 300 niños con cáncer. 
 
Toda esa plata se fue al bolsillo de algunos corruptos, en lugar de ser para obras para todos nosotros. Eso no es un delito simple, eso es traición a la patria. Eso no va más.
 
Parar a los corruptos es una decisión política. Yo voy a ser el Presidente que con armas legales va a parar a los corruptos de una buena vez.
 
¿Cómo?
 
1. Involucrando a la población, con un sistema de recompensa por denuncias a funcionarios corruptos. 
 
2. Modernizando las entidades encargadas: el Ministerio Público tendrá más independencia, la Policía Nacional reforzará su área de investigación e inteligencia. Recordemos el caso Villacoca de 1985, donde alrededor de 200 investigadores de la policía lograron bajarse todo un sistema de corrupción que incluía a fiscales, empresarios, jueces. Claro que se puede combatir la corrupción, es decisión política.
 
3. En el Poder Judicial, cambiando la forma como se eligen a los miembros del CNM, incluyendo gente con más credibilidad, mejorando el sistema de control interno de la OCMA y expandiendo la implementación del expediente digital.
 
4.  En la Contraloría, con un cambio de enfoque de una política reactiva a una proactiva, donde los funcionarios de la contraloría serán parte de los equipos que diseñen e implementen los procesos de licitación. 
 
5. En todas las entidades, con un sistema de interconexión para que la UIF, SUNAT, CONTRALORÍA y otras compartan información relevante.
 
6. Con herramientas financieras modernas como el fideicomiso, que eleven la transparencia, agilicen la ejecución, y elevemos la calidad de las obras.
 
Pero todas estas propuestas no servirán de nada si no tenemos un Presidente con verdadera voluntad política y que no le deba nada a nadie. 
 
Ningún gobierno que no luchó contra la corrupción en su oportunidad lo hará hoy.
 
Porque luchar contra la corrupción requiere voluntad política, integridad e independencia.
 
Esa propuesta es la que estamos construyendo en TODOS por el Perú.
 
Esa lucha la empezaremos el primer día de Gobierno, y no se detendrá hasta que tengamos el país decente y limpio que nuestros hijos necesitan para poder ser felices. 
 
(*)Candidato presidencial del partido Todos por el Perú.

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