miércoles, 3 de agosto de 2016

Seguro de desempleo es semi-esclavitud laboral


Se plantea crear un “seguro de desempleo”, como si esta fuese la forma de generar adecuados puestos de trabajo para resolver la dinámica productiva ante los graves problemas del Perú como Nación. El Gobierno tantea pedir en los próximos días al Congreso facultades delegadas para legislar sobre la materia.
Forsyth Rivarola, Presidente ejecutivo del grupo Crosland, resume esta propuesta radicalmente neoliberal (Gestión 27-Julio2016). Plantea hacer una clasificación, por la cual el empleador pueda “legalmente” despedir al trabajador sin justificación alguna. El costo de este despido se pagaría entre la empresa (indemnización“razonable”) y el Seguro del Estado por un plazo razonable. Es decir, no solo precarizaría más al trabajador, sino que el Estado aportaría parte de los recursos para empobrecer más a los peruanos.
Esta masiva precarización del trabajo, le daría además subsidio público a un puñado de empresas, que son las que reúnen a la mayor cantidad de trabajadores contratados. Como señala Julio Gamero (Ver Desco, Perú Hoy), de 1’460,000 empleos generados del 2008 al 2015, el 86% de ellos reúne las características de empleo formal (con contrato, seguridad social y aporte a pensiones), sobre todo en el sector Otros Servicios (611 mil). Señala Gamero, que el 67% de todo el aumento del empleo formal se da por empresas medianas y grandes de estos sectores (Otros servicios, comercio, construcción, manufactura, agricultura-pesca-minería y transportes). En vez de mejorar la productividad empresarial, se busca precarizar más al trabajador y al país, viéndose la gente obligada a la informalidad y autoempleo personal, familiar y comunal, para sobrevivir.
Este régimen de “seguro del desempleo” es de semi-esclavitud laboral y precarización general de la vida, para regalar extraordinarias ganancias. Con este despido masivo arbitrario y subsidiado, en donde existe el empleo “formal”, se implantaría un régimen despótico en el trabajo y la vida general. Cual revivida “ley juvenil pulpín” pero extendida a todos los trabajadores de estas empresas formales, ya en problemas por regímenes laborales con derechos recortados, estarían sujetos al despotismo patronal, sin derechos, sin sindicatos, rotando en la miseria.
También acentuará la precarización de la denominada “informalidad”, en la que sobrevive la mayoría de los peruanos, en la cual, como señala la OIT, la mayoría de los que están y se incorporan a ella no es por elección sino por la falta de oportunidades en la economía formal y por carecer de otros medios de sustento.
Imponer el neoliberal “seguro del desempleo”, no es otra cosa que un régimen de semi-esclavitud laboral, de empobrecimiento de la vida y de bloqueo del desarrollo de la patria. No es la revolución social, de soberanía, trabajo y vida digna, que requiere el Perú, nuestra patria hermosa.

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