El presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, inició ayer su llamado “Plan de Reconstrucción con Cambio”, anunciando con bombos y platillos que Pablo de la Flor, su íntimo amigo, es nada menos que el director ejecutivo de este plan, que tiene como única misión levantar las regiones de Piura, Tumbes, La Libertad, Lambayeque, Ancash y algunas zonas de Lima, destruidas por huaicos, inundaciones y lluvias provocadas por el fenómeno El Niño.
PPK sabía que hoy se publicaría la última encuesta de Datum, y el mandatario imaginó y, fue mal informado, que continuaría a la alza. Que mejor momento para salir a hacer su gran anuncio.
Sin embargo, todo le salió al revés a PPK porque no solo ha descendido 2 puntos en su nivel de aprobación en Lima, sino que en las zonas donde imaginó un importante incremento de popularidad, tras los millones invertidos en publicidad, su aprobación cayó en niveles preocupantes.
De acuerdo a la encuesta realizada entre el 28 de abril y el 02 de mayo, en la zona norte su aprobación cayó de 41% que tenía en abril a un 29%, mientras que su desaprobación subió a 54%.
Lo mismo ocurrió en la zona centro donde el rechazo está en 51% y su respaldo alcanza un 36%.
En la zona sur, que comprende las regiones de Ica, Arequipa, Cusco, Puno, Moquegua, Tacna, Ayacucho y Apurimac, el descontento con PPK se refleja con el 41% de desaprobación, cifra que como en las anteriores, están en aumento.
Pero lo que preocupa a PPK, su gabinete y ahora el designado “reconstructor” es que el motivo por el cual ha crecido el descontento en el norte y centro del país, zonas donde PPK ya está alistando su reconstrucción: el 95% considera que no está haciendo obras en las zonas afectadas por el fenómeno El Niño.
Ese mismo porcentaje considera que no está combatiendo la corrupción en las zonas declaradas en emergencia, mientras tan el 98% afirma que PPK es un mandatario deshonesto, que trabaja con poca transparencia y honradez, que no ha atendido con prontitud a los damnificados y que no cumple sus promesas.
¿Es posible iniciar un proceso de reconstrucción teniendo en consideración que casi todo el país no confía en su honestidad y transparencia? ¿Es posible iniciar sabiendo que el 98% afirma que no cumple sus promesas?
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