El 5 de abril de 1992, Alberto Fujimori propició un ‘autogolpe’ de Estado. Aquel día, aproximadamente a las 10 de la noche, el entonces presidente de la República disolvió el Congreso e intervino el Poder Judicial y el Ministerio Público.
Luego de anunciar esta medida, también se intervinieron medios de comunicación a fin de censurar sus informaciones. Agregado a ello, se detuvieron ilegalmente a periodistas y políticos.
Fujimori instauró el "Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional", medida con la que diluyó el Parlamento, dejó en suspenso la Constitución de 1979 (que luego derogó) y convocó a elecciones para un Congreso Constituyente Democrático.
Tras ello se instauró la actual Constitución Política del Perú de 1993, aprobada mayoritariamente por el pueblo peruano en referéndum democrático.
Si bien el 82% de los peruanos, según todas las encuestas de esa época, apoyó esta medida por el desprestigio del Parlamento, lo cierto es que hubo claras señales de abuso de poder y actos antidemocráticos.
Opiniones surgidas luego del 'autogolpe'
“El Golpe en Perú no se está consolidando y las estadísticas según las cuales el 70 por ciento de la población apoya al presidente Alberto Fujimori, están considerablemente manipuladas”, escritor Mario Vargas Llosa.
“El autogolpe es un acto desesperado de Alberto Fujimori ante la evidencia del agotamiento del modelo que ha implantado en el país desde hace dos años”, expresidente Alan García Pérez.
“Él se apresuró, la crisis se podría haber resuelto sin necesidad de patear tres de las cuatro patas de la mesa”, Hernando de Soto, ex asesor de Alberto Fujimori.
Actualmente, Fujimori cumple una condena de 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad y está a la espera de una respuesta del Gobierno por la solicitud que hizo en octubre pasado para que se le otorgue un indulto humanitario.
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