Familiar de víctima de La Cantuta: Es irresponsable promover el voto viciado en la segunda vuelta

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La hermana de uno de los des­aparecidos del caso La Cantu­ta Gisela Ortiz le metió tremenda cuadrada a diversos líderes de izquier­da que recomiendan vi­ciar su voto en la segunda vuelta y calificó de “irres­ponsable” dicha promo­ción, ya que se debe dis­tinguir entre “un partido político que cometió de­litos” y otro “de dere­cha liberal”, en alusión a Fuerza Popular de Keiko Fujimori y Peruanos por el Kambio de Pedro Pa­blo Kuczynski.

En diálogo con diario Exitosa, la activista en de­rechos Humanos expli­có que es casi imposible que el 60% de electores vicie su voto para anular las elecciones, por lo que apoyar dicha posición dis­minuirá la votación real e incrementará el porcenta­je de aprobación en la se­gunda vuelta del postulan­te que vaya primero.

“No tengo la intención de cuadrar a nadie, pero es irresponsable promo­ver el voto viciado en la segunda vuelta. No soy militante de ningún par­tido y respeto las decisio­nes de cada uno, pero en consideración de que es una situación muy peli­grosa, que ya la vivimos (…) no tengo afinidad a PPK y mucho menos a su plan de gobierno, pero esta coyuntura nos pone en una situación de vigi­lancia”, refirió.

SIN EQUILIBRIO

En otro momento, Ortiz Perea calificó como “peli­groso” que el fujimorismo haya logrado más de 70 es­caños en las elecciones del 10 de abril, ya que le res­ta equilibrio al Congreso y debilita los procesos de fis­calización. “Ninguna de­nuncia pasará porque ellos en el Pleno la van a blo­quear”, indicó.

Por ende, exhortó a los parlamentarios de este quinquenio a elegir al nuevo Defensor del pue­blo, contralor de la Re­pública y miembros del Tribunal Constitucional, puesto que si esta elec­ción no se hace antes del 15 de junio (fecha de cie­rre del periodo legislati­vo), los congresistas elec­tos escogerán a los que le son afines a su organiza­ción política.

SON LOS MISMOS

Para finalizar, Gisela Ortiz afirmó que la candidatura de Keiko Fujimori representa el mismo peligro de los años 90, porque son los mismos nombres los que la rodean a ella y a su padre, Alberto Fujimori, sentenciado por el caso Barrios Altos y la Cantuta a 25 años de cárcel.