Por una derecha liberal
Por: Juan Carlos Tafur
Puede haberse empezado a gestar detrás de la reiterada buena performance de Pedro Pablo Kuczynski en sendas jornadas electorales la constitución de una derecha ajena a los cauces conservadores o a los devaneos populistas. Entre el PPC y el fujimorismo aparecería, si se consolida, esta opción derechista liberal.
Para ello es crucial, primero, que no se vaya a producir la supuesta defección de PPK, como parte de su entorno fujimorista le viene sugiriendo (que renuncie y acepte un premierato de Keiko Fujimori), y que más bien aproveche la coyuntura extraordinaria de una segunda vuelta para fijar los principios sobre los cuales se pueda asentar una opción liberal.
En segundo término, inclusive si no logra el triunfo, se puede empezar a constituir partidariamente una entidad más orgánica y de mayor convocatoria. Si en el PPC, como pareciera, se mantiene una cúpula enquistada, personajes como Marisol Pérez Tello, Alberto Beingolea o Pablo Secada bien podrían ser jales superlativos.
PPK debería mirar lo sucedido con Julio Guzmán y sus seguidores –que en el mejor momento llegaron a arañar un 25% de intención de voto– y tratar de sembrar y cosechar allí, a la búsqueda de un espacio de representación mayor.
Si adicionalmente se suman movimientos regionales o liderazgos que hoy se encuentran cerca de las filas de Acuña, estos le darían al movimiento liberal un arraigo popular y regional que necesita para salir del nicho clasemediero moderno de Lima y Arequipa –el Perú de los incluidos– que hoy exhibe.
Todo ello necesita una fragua política, una gesta épica. Y la historia se la ha puesto al frente a PPK, quien deberá asumir con brío y radicalidad logística la posibilidad de conducir las riendas del Perú en esta última oportunidad política que le ha dado la vida.
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