Campaña a toda presión
Una novedad que trajo el fin de semana fue que Pedro Pablo Kuczynski alcanzó una ventaja frente a Keiko Fujimori pero que es tan pequeña que, en cualquier momento, podría revertirse.
Según Ipsos, PPK obtendría 43% frente a 39% de KF, con un blanco/viciado de 13% y un 5% que no precisa.
PPK casi ha duplicado su intención de voto con relación a la primera vuelta, pero KF –a diferencia de lo que sostuvo erróneamente esta columna el domingo– también ha tenido un crecimiento de entre 8 y 9 puntos.
En una carrera tan ajustada, un factor clave será el carácter de cada rival en un contexto de alta presión.
En el caso de PPK, la estrategia que más le conviene es politizar la campaña como una definición entre fujimorismo y antifujimorismo, es decir, entre autocracia y democracia.
Pero más de un columnista prácticamente lo ha empujado este fin de semana a darse cuenta de que esa es la estrategia que le conviene, pues tiene credenciales democráticas por mostrar que podrían diferenciarlo de KF, pero –algo curioso– lo han hecho casi como tratando de convencerlo de algo en lo que él mismo no cree.
Mientras eso ocurre, algunos candidatos que no pasaron a la segunda vuelta –y que, por razones obvias, siguen siendo actores relevantes del proceso que resta– van tomando posición, como Julio Guzmán por PPK.
Pero lo que resulta incomprensible, y que refleja una escasa experiencia política, es la actitud dubitativa de Verónika Mendoza, quien insiste en que hará campaña contra Keiko Fujimori pero “no vamos a apoyar a ninguno de los dos candidatos”, sin reconocer el desafío en el que la historia la ha puesto y que ella pretende driblear como si fuera Poncio Pilatos.
En el caso de Keiko Fujimori, van apareciendo algunos hechos que podrían dañar su candidatura. No solo su afirmación del fin de semana de que, refiriéndose a su padre, “no se demostró con evidencias, con pruebas, su responsabilidad”, sino los dichos cruzados con su hermano Kenji.
Keiko dijo que “en el 2021, no habrá ningún candidato que se apellide Fujimori”, lo cual fue comentado así por Kenji: “La decisión es mía: sólo en el supuesto negado que Keiko no gane la presidencia yo postularé el 2021”.
Lo que puede estar surgiendo en Keiko Fujimori es la tensión y la presión por pensar en un escenario en el que pierda el 5 de junio, y el ánimo con el que tendría que emprender, otra vez, por tercera vez, el camino, cuando se suponía que ya había hecho todo lo necesario para reducir un antifujimorismo rebelde que, a pesar de su esfuerzo, sigue vigente.
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