Keiko pide pena de muerte para violadores: ¿Populismo o medida necesaria?

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Por Joshwel Yañez.

Durante un multitudinario mitin en el distrito de Comas, la candidata presidencial de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, se mostró a favor de aplicar la pena de muerte para violadores de niños menores de siete años.

“Cuando se trata de violadores que le han hecho daño a niños menores de siete años, yo estoy a favor de la pena de muerte. Tenemos que aplicar sanciones drásticas, esa es la única manera de combatir este flagelo”, fueron sus palabras.

Tras ello, la lideresa de Fuerza Popular levantó polémica casi de manera instantánea. Varios de sus opositores la tildaron de demagoga y señalan que en el Perú “no se puede aplicar la pena de muerte” o que tendría que reformar la actual Constitución, en caso llegue al poder.

Pero, ¿qué dice la Constitución de 1993?

En el artículo 140 de la Constitución instaurada durante el gobierno de Alberto Fujimori dice lo siguiente: “La pena de muerte sólo puede aplicarse por el delito de traición a la patria en caso de guerra, y el de terrorismo, conforme a las leyes y a los tratados de los que el Perú es parte obligada”.

¿Y el tratado de San José?

En entrevista para Radio Exitosa, el exministro de Justicia, Víctor García Toma, precisó que el Perú es suscriptor del denominado Pacto de San José de Costa Rica. “Este pacto señala que nuestro país se ha comprometido a no aplicar la pena de muerte para delitos que no estuvieran ya contemplados con anterioridad en sus territorios. En consecuencia, ya no cabe ampliación alguna, ni si quiera por la vía de la reforma constitucional”, puntualizó.

En este sentido, el jurista explicó que si un Presidente  quiere aplicar la pena de muerte para violadores, tendría que denunciar el mencionado tratado. “Este procedimiento implica que cuando haga la denuncia, hay dos años que la norma se mantiene vigente y solo después de eso podría llevarse a cabo la reforma constitucional”, precisó.

¿Medida disuasiva?

Para García Toma, aplicar la pena capital para violadores no disminuiría los casos de violación. “Se trata de un delito que es aberrante y que hiere la sensibilidad de la población pero, ciertamente, no conduce a ninguna solución al problema. Es decir, no porque mate al violador voy a acabar con las violaciones”, sostuvo.