sábado, 20 de julio de 2013

Es deber de cada joven salir a las calles y decir: “No a la repartija” -
Qué sentiría el señor Humala si su esposa le sacara la vuelta con alguno de sus ministros, quizá el mismo grado de traición que siente cada joven que marcha indignado a respirar bombas lacrimógenas, a recibir un baño de rochabús y a absorber el palo de la represión.

La traición señor presidente es un mal perverso y constante en la historia, ha costado millones de muertes, decadencias y colapsos. Usted cambió el ‘cambio’ por un continuismo vil a favor de los que de haber podido, en su momento, lo hubieran asesinado. No se lave las manos ahora pidiendo que ‘por favorcito’, Sousa y Freitas den un paso al costado, que usted no tiene vela en los entierros que coseche el Legislativo, que es ‘inocente´, que usted no tiene nada que ver con la policía que acorrala con rochabús a jóvenes que por fin se decidieron a hacer acto de presencia, que usted no sabe de repartijas, ¿digo no?, porque se nos viene la reelección de isla, y a cambio ¿qué hay que dar? o ¿Qué ya se dio?

Una cosa es segura, están bien equivocados los que piensan que es normal que en campaña se prometan ciertas cosas y a la hora de la hora éstas no se cumplan. Y están bien equivocados, señor, porque resulta que por fin después de algún tiempo, gracias a la indignación que usted ha alimentado, los jóvenes le han dicho “presente” y lo seguirán haciendo. Usted no solo mintió, usted traicionó. Por eso los médicos en las calles, por eso los profesores, por eso las trabajadoras del hogar, por eso los opositores a las discriminación de opción sexual, por eso los que sueñan con un estado laico, por eso los sindicatos, por eso la amas del hogar, por eso los ambientalistas, todos dispuestos a combatir esa corrupción a la que usted pudo eliminar de haber tenido voluntad política, pero prefirió evitar la fatiga. El Perú está cansado señor presidente y ya no puede esperar para cambiar.

Los jóvenes hemos roto las cadenas. En Chile por ejemplo, la corrupción la piensa dos veces antes de intentar echarse a andar, y es que saben que los grupos, comités, asociaciones y demás gremios estudiantiles no se callan, no se tragan los trucos de circo, no renuncian a presionar para que se cumpla la palabra de la autoridad, no se tragan el cuento, no se sedan con TV basura, exigen mejoras estudiantiles porque saben que de ello depende el futuro de su país, son amigos de la justicia, salen a la marcha con valentía porque sus enemigos eternos son la corrupción, el compadrazgo y la traición. Le contaré señor Humala que tanto reclaman en Chile que su Inteligencia ha tenido que filtrar agentes en las manifestaciones, para que éstos provoquen a la autoridad y entonces justificar la represión bruta y a palo de la policía. Estos agentes, van siempre con el rostro cubierto, nunca se les atrapa, nunca salen a la luz. Ojalá y no se le ocurra tan brillante idea para los días que se vienen, porque en las marchas estudiantiles de nuestro país, no hay vándalos, lo que hay es gente indignada y traicionada por usted.

Este miércoles 17 de Julio, la juventud peruana resucitó de entre los muertos. Indignados por el circo del Congreso, convocados en cuestión de horas, todos estaban ahí, en la histórica plaza San Martín. Jóvenes con ideas de centro, de izquierda, de derecha, todos por una misma causa, todos con las ganas y el coraje de marchar lo más cerca posible a la autoridad y decirle “No somos idiotas”, “Nos damos cuenta señor”, “No permitiremos una perla más”. El ejecutivo, dando la cara a través de unos policías mal pagados, colmó las calles del Centro de Lima de gases. Los jóvenes colmaron las mismas calles con arengas y pese a la dura represión, no se callaron.

La acción que se dio horas después de la repartija, es solo un dulcecito de lo que se podría venir, no habrá suficiente gas para reprimir a las masas juveniles marchando indignadas, entonces qué se hará ¿sacarán bala? y cuando hayan muerto futuros ingenieros, futuros arquitectos, futuros periodistas, futuros abogados ¿Habrá satisfacción en el gobierno? ¿Se habrá solucionado el problema? ¿Sentirá como Locumba? Lo que es seguro es que sus compadres empresarios que brindan trabajos miserables, sus patas los banqueros que intentan endeudar hasta a los recién nacidos, y sus amigos de la CONFIEP, estarán más que satisfechos y lo amarán. Pero vuelvo a preguntar ¿Habrá solucionado algo? No hay suficiente bala en este mundo que pueda reprimir la voluntad de las masas organizadas, y esta población señor Humala, le está demostrando que tiene ganas de país y no de fundo.-

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