César Lévano
Ayer se celebró el 76 aniversario del sindicato de Construcción Civil de Lima y Balnearios. Fue un acto en que se rindió homenaje a los fundadores, muchos de los cuales pertenecían a la vanguardia obrera guiada personalmente por José Carlos Mariátegui.
Buenaventura Vera, secretario general del Sindicato, recordó entre los pioneros a Víctor Gallardo. Trazó, a la luz de ese dirigente, la trayectoria heroica y el empeño eficiente de un gremio que es hoy baluarte de la Federación de Trabajadores en Construcción Civil, tronco vital de la CGTP, arma de combate de los derechos del pueblo trabajador.
Vera sintetizó las conquistas de construcción, incluida la gesta para que se respete la negociación colectiva por rama y el respeto mutuo con que se procesan las relaciones con la Cámara Peruana de la Construcción, que representa el sector empresarial. El personero de la Cámara exaltó en su discurso el logro que significa llegar a acuerdos, sin omitir debates. Puntualizó asimismo, coincidiendo con Vera, en la necesidad de luchar contra seudosindicatos, que victiman a obreros y también ingenieros.
Varios sindicalistas señalaron el momento crucial que vive el Perú en vísperas de las elecciones generales de abril. Concordaron en que hay que luchar por impedir la reelección de los corruptos y los defraudadores del voto. El peligro de un triunfo de la derecha fue señalado con sentido realista, invocando por eso mismo la necesidad de una conjunción de fuerzas progresistas.
Cuando me tocó intervenir, señalé el escándalo de los cambios no solo de filiaciones, sino también el abandono de principios, la renuncia a la ética. “Esto me recuerda”, expresé, “la letra de un tango de Carlos Gardel: “hoy un juramento, / mañana una traición’.”
Expresé mi opinión de que el movimiento obrero está tardando en tomar una decisión electoral. Denuncié a quienes propugnan la abstención, el voto viciado o en blanco. Formulé mi punto de vista de que hay que apoyar a Verónika Mendoza, prepararse para después de las elecciones.
En la historia no hay puntos muertos. Un voto que se niega a la izquierda es un voto que se otorga a la derecha. El obrero que vota en blanco, vota, quizá sin quererlo, a favor de Keiko Fujimori o de Alan García.
Se vienen tiempos de crisis y violencia. En todo el mundo la derecha está, igual que el terrorismo a la ofensiva. El imperialismo y sus agentes van a tratar de descargar en los trabajadores el peso de la bancarrota.
La edición del 25 de enero del semanario estadounidense Time pone en su portada este titular: “La próxima recesión. Dónde esconderse”. Y en sus páginas interiores intensifica la alarma: “Made in China: The next global recession (La próxima recesión global).
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