Por Suhail Hani Daher Akel (*)
Una de las frases rimbombantes del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, marcó la sincera posición de EEUU y no la continuidad hipócrita de las anteriores administraciones estadounidenses, fue literalmente una burla y un insulto al derecho nacional del pueblo palestino al decir: “Por mucho tiempo pensé que la solución de dos Estados era la más fácil. Pero, honestamente, si Israel y los palestinos están felices, yo estoy feliz con lo que ellos prefieran…Incluso podría aceptar la solución de un único Estado (Israel) si ambas partes están de acuerdo. Podría vivir con cualquiera de las dos soluciones”.
En un eco tedioso durante la primera reunión del presidente Trump, con el premier de la ocupación israelí Benjamín Netanyahu, el pasado miércoles (15/2) en la Casa Blanca, Washington, desplegó la música que apeteció los oídos de los israelíes. Con la satisfacción desbordante de Netanyahu, Trump, instruyó las señales necesarias para despedazar cualquier alternativa palestina de recuperar su patria robada, expresando que “los israelíes van a tener que mostrar alguna flexibilidad, lo que no es fácil. Tendrán que mostrar que realmente quieren un acuerdo de paz. De su lado, los palestinos tienen que deshacerse del odio que enseñan desde temprana edad a los pequeños. Ellos enseñan mucho odio. Es algo que yo he visto”.
El odio reflejado en el léxico de Trump, sacudió positivamente a los halcones sionistas. El fundamentalista líder del ultraderechista partido religioso ‘Hogar Judío’ y ministro de Educación, Naftali Bennet, con sus racistas apreciaciones escribió en su Twitter: “Una nueva era. Nuevas ideas. Gran día para los israelíes y los árabes razonables. Felicitaciones (Trump)”. Los ‘árabes razonables’, son los árabes proclives a la traición, incluyendo al gobierno de la Autoridad Palestina de Mahmoud Abbas, que negocia a espalda de su pueblo con el enemigo sionista.
Sin reparar que su reunión es con un responsable de crímenes de guerra e ignorando la resolución del CS-ONU 2334 que condena los asentamientos israelíes, con sutileza, Trump, en un mensaje conciliatorio con Netanyahu, le dijo: “me gustaría ver de parte de usted Bibí (seudónimo de Benjamín) y del gobierno israelí más contención con los asentamientos. Vamos a buscar alguna salida, porque me gustaría que lleguemos a un acuerdo”. La sonrisa de Bibí, no se hizo esperar cuando se trazó en su cara a sabiendas que el Knesset (parlamento) israelí acabó de aprobar a principio de febrero la colonialista ‘ley de legalización’ para anexar arbitrariamente a los territorios palestinos ocupados en 1948 la mitad de la zona norte de Palestina o Ribera Occidental ocupada en 1967.
La inmoral ley parlamentaria que robará retroactivamente 800 hectáreas de tierras de civiles palestinos, incluyendo Jerusalem ocupada y al menos 3921 viviendas de colonos judíos construidas en los ilegales asentamientos que modificará, aún más, la topografía de Palestina, Trump, no sólo la ignoró, asimilando el odio de la ley, sino aprovechó para criticar al CS-ONU por considerar que “trató a Israel de forma muy, muy injusta” por aprobar a finales de diciembre la mencionada resolución.
Netanyahu, por su parte, en rueda de prensa, con precoz filosofía esbozó “prefiero hacer frente a la sustancia... en lugar de lidiar con las etiquetas”. Lejos de encontrar palabras de aliento, eludió cualquier solución de dos estados apostando por su discurso expansionista al justificar la ‘ley de legalización’ y señalar que “Israel debe retener el control sobre toda la zona del Valle del Jordán (ocupado en 1967). De lo contrario obtendremos otro estado terrorista islámico radical en las zonas palestinas explosivas para la paz”. Diseñador del terrorismo de Estado israelí y articulador de la vida palestina, Netanyahu, desde la fastidiosa retórica de su semántica alegó: “lo que estoy dispuesto a dar a los palestinos no es exactamente un estado con todas sus facultades, sino más bien, algo así, como un pequeño estado autónomo (no independiente)”. Evidentemente al mejor calce israelí.
Dos Estados. Seguir promoviendo y mendigando un Estado palestino a la potencia ocupante, mientras, con arrogancia desecharon cualquier posibilidad de un Estado Palestino desde los agotados ‘Acuerdo de Oslo’, madre de los sucesivos fracasado acuerdos, es un azote a los reclamos palestinos de dignidad y libertad sobre su legitima tierra. Es obligarlos a la capitulación ante un ilegitimo estado construido por la comunidad internacional sobre el milenario territorio palestino en 1948 y su martirizado pueblo. Es pedir odiosamente a los palestinos que abandonen sus raíces, sus muertos y sus derechos, y ser, como lo consignó Bennet, “razonables árabes”.
Como jerosolimitano palestino no abandonaremos nuestros muertos, resistiremos con nuestras raíces y volveremos a nuestras tierras del palestino Jesús.
(*) Fue el primer Representante de la OLP en Argentina Fue el primer Embajador del Estado de Palestina en Argentina.
© Copyright, Suhail Hani Daher Akel, Se puede publicar, traducir o distribuir sin modificar el contenido y citando la fuente y el autor. 16/febrero/2017
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