Pedro Pablo Kuczynski reaccionó en Puno como un energúmeno cuando un periodista le interrogó sobre la idea de renegociar el contrato del gas de Camisea.
En lugar de responder, agredió al hombre de prensa. “Lo que realmente me sorprende”, dijo, “es la ignorancia de la pregunta que usted hace. Voy a ser bien agresivo: ¡usted es un ignorante!”.
PPK eludió así responder a la pregunta. No se puede olvidar que años atrás fue a Chile a ofrecerle gas, a pesar de que el gobierno del que formaba parte había decidido no vender gas a ese país.
El congresista Manuel Dammert denunció hace años los reembarques cometidos por la empresa española Repsol, que vendió el combustible a un precio mayor al con-tratado. Gracias a esa denuncia el Perú ganó un arbitraje que ordenó a Repsol pagar 64 millones de dólares por regalías burladas.
Ahora hay un problema mayor, que quizá explique por qué PPK reaccionó tan feo en Puno. Ollanta Humala y su equipo están negociando con la transnacional Shell un contrato de exportación de gas que causaría al Perú una pérdida de 20 mil millones de dólares. Lo ha expuesto Dammert, quien precisa que con ese nuevo contrato se busca tapar las irregularidades del convenio con Repsol, cuyo activo es ahora de Shell.
Ese es un trasfondo millonario, que PPK no ignora. Por eso se altera e insulta a un periodista (aunque luego haya pedido disculpas). En su réplica al cronista adujo él que cuando se hizo el proyecto de exportación de gas, el millón de pies cúbicos estaba a 12 dólares y ahora está a 2. No es un argumento serio. Si el hidrocarburo ha baja-do de precio, puede volver a subir. Por algo Shell busca un contrato de exportación que dure 20 años.
La pataleta de PPK abrigaba, pues, un germen con olor a petróleo y gas. Su campaña presidencial no había abordado el caso del gas, hasta que Verónika Mendoza, candidata del Frente Amplio, y Alfredo Barnechea, de Acción Popular, lo enarbolaron en sus propuestas. Verónika ve en el episodio la naturaleza prepotente de PPK y su entorno.
Barnechea ha prometido desenmascarar a PPK. Ha di-cho: “este señor estará en un debate presidencial y le voy a demostrar que el ignorante es él”.
En el incidente se han revelado las ignorancias de PPK. En primer lugar la ignorancia supina, que consiste en no saber, u ocultar, lo que debiera por obligación saber. Otra ignorancia exhibida es la de los buenos modales.
En mis tiempos tenía vigencia el Manual de Carreño. Era un recetario de urbanidad que enseñaba cómo portarse en el hogar y fuera de él. Sería bueno que alguien le obsequiara una copia (no un plagio) al candidato furioso.
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