¿Está Edward Snowden a bordo de este avión?
por Noam Chomsky
Lunes, 05 de Agosto de 2013 01:59
El 9 de julio, la Organización de Estados Americanos (OEA) realizó una
sesión especial para discutir la escandalosa conducta de los estados europeos
que se negaron a permitir que el avión gubernamental del presidente boliviano
Evo Morales entrara en su espacio aéreo.
Morales volaba a su país después de asistir a una
reunión cumbre en Moscú el 3 de julio. En una entrevista allá, comentó que
estaba abierto a ofrecer asilo político a Edward J. Snowden, ex contratista de
la agencia estadunidense de espionaje, a quien Washington busca por cargos de
espionaje y quien se encontraba en el aeropuerto de Moscú.
La OEA expresó solidaridad con Morales, condenó
los
actos que violan las reglas y principios del derecho internacional, tales como la inviolabilidad de los jefes de Estado, e hizo un
firme llamadoa los gobiernos europeos –Francia, Italia, Portugal y España– a explicar sus acciones y disculparse por ellas.
Una reunión de emergencia de la Unión de Naciones
Sudamericanas (Unasur) denunció la
flagrante violación de los tratados internacionalespor las potencias europeas.
También jefes de Estado latinoamericanos se
sumaron. La presidenta Dilma Rousseff, de Brasil, expresó
indignación y condena a la situación impuesta al presidente Evo Morales por algunos países europeosy advirtió que esta
grave falta de respeto a la ley compromete el diálogo entre los dos continentes y las posibles negociaciones entre ellos.
Los comentaristas fueron menos reservados. El
politólogo argentino Atilio Borón llamó a Europa
la puta de Babilonia, que se inclina ante el poder.
Con virtualmente idénticas reservas, dos estados
rehusaron firmar la resolución de la OEA: Estados Unidos y Canadá. Su creciente
aislamiento en el hemisferio, a medida que América Latina se libera del yugo
imperial luego de 500 años, tiene significación histórica.
El avión de Morales, que acusaba problemas
técnicos, recibió autorización de aterrizar en Austria. Bolivia afirma que
registraron la nave para descubrir si Snowden iba a bordo. Austria responde que
no hubo una inspección formal. Cualquier cosa que haya ocurrido, se hizo atendiendo advertencias de Washington. Más allá, la historia es borrosa.
Washington ha dejado en claro que cualquier país
que se niegue a extraditar a Snowden enfrentará duro castigo. Estados Unidos
lo perseguirá hasta el confín de la Tierra, advirtió el senador Lindsey Graham.
Sin embargo, voceros del gobierno estadunidense
aseguraron al mundo que Snowden recibirá plena protección de las leyes
estadunidenses. Se refieren a esas mismas leyes que han mantenido al soldado
Bradley Manning (quien entregó un vasto archivo de documentos militares y
diplomáticos a Wikileaks) en prisión durante tres años, gran parte de
ellos en confinamiento solitario bajo condiciones humillantes. Hace mucho tiempo
que se perdió la noción arcaica de un proceso expedito ante un jurado de
iguales: el 30 de julio, un consejo de guerra encontró a Manning culpable de
cargos que podrían conducir a una sentencia máxima de 136 años en prisión.
Al igual que Snowden, Manning cometió el crimen
de revelar a los estadundiense –y a otros– lo que hace su gobierno. Es una grave
ruptura de la
seguridaden el sentido operativo del término, familiar a quien haya estudiado alguna vez documentos desclasificados. Típicamente,
seguridadsignifica proteger a los funcionarios gubernamentales de la mirada del pueblo ante el cual son responsables… en teoría.
Los gobiernos siempre han argüido la seguridad
como excusa: en el caso de Snowden, seguridad ante un ataque terrorista. Este
pretexto viene de un gobierno que realiza una gran campaña terrorista
internacional, con drones y fuerzas de operaciones especiales, que
produce terroristas potenciales a cada paso.
Su indignación no conoce fronteras ante la idea
de que alguien perseguido por Estados Unidos reciba asilo en Bolivia, que tiene
un tratado de extradición con Washington. Algo que extrañamente falta en el
tumulto es el hecho de que la extradición funciona en los dos sentidos… en
teoría, una vez más.
En septiembre pasado Estados Unidos rechazó una
petición formulada por Bolivia en 2008 para extraditar al ex presidente Gonzalo
Sánchez de Lozada, Goni, con el fin de que enfrentara cargos de genocidio
y crímenes de lesa humanidad. Sin embargo, sería un error comparar la solicitud
boliviana con la de Washington, aun en el supuesto de que ambos casos tuvieran
mérito comparable.
Edward Snowden, ex contratista de la NSA. La imagen
pertenece al certificado de asilo temporal que le dio el gobierno ruso Foto
Reuters
La razón fue proporcionada por San Agustín en su
cuento acerca del pirata a quien Alejandro Magno preguntó:
¿Cómo te atreves a molestar al mar?El pirata respondió:
¿Cómo te atreves tú a molestar al mundo entero? A mí, que lo hago con un pequeño barco, me llaman ladrón; a ti, que lo haces con una gran armada, te llaman emperador.
San Agustín considera
elegante y excelentela respuesta del pirata. Pero ese antiguo filósofo, obispo en el África romana, es sólo una voz del sur global, que se puede fácilmente hacer a un lado. Las mentes refinadas modernas comprenden que el emperador tiene derechos a los que personas pequeñas como los bolivianos no pueden aspirar.
Goni es sólo uno de muchos a los que el
emperador prefiere no extraditar. Otro caso es el de Luis Posada Carriles,
descrito por Peter Kornbluh, analista del terrorismo en América Latina, como
uno de los terroristas más peligrosos de la historia reciente.
Posada es buscado en Venezuela y Cuba por su
responsabilidad en el ataque con bomba a un avión comercial de Cubana de
Aviación, en el que perecieron 73 personas. La CIA y la FBI lo identificaron
como sospechoso. Pero cubanos y venezolanos carecen también de las prerrogativas
del emperador, quien organizó y respaldó el reino de terror al que los cubanos
han estado sujetos desde su liberación.
El fallecido Orlando Bosch, socio de Posada en el
terrorismo, también se benefició de la benevolencia del emperador. El
Departamento de Justicia y la FBI solicitaron su deportación por ser una amenaza
a la seguridad estadunidense, acusándolo de docenas de actos terroristas. En
1990 el entonces presidente George H.W. Bush anuló la orden de deportación, y
Bosch pasó felizmente el resto de su vida en Miami, sin que lo inquietaran las
peticiones de extradición formuladas por Cuba y Costa Rica, dos simples
piratas.
Otro pirata insignificante es Italia, que ahora
busca la extradición de 23 operativos de la CIA convictos por el
secuestro de Hassán Mustafá Osama Nasr, clérigo egipcio en Milán, a quien
remitieron a Egipto para responder a cargos por tortura (más tarde se le halló
inocente). Buena suerte, Italia.
Hay otros casos, pero el crimen de remisión a
otro Estado nos devuelve al asunto de la independencia latinoamericana. El
Instituto Sociedad Abierta publicó en fecha reciente un estudio titulado
Globalización de la tortura: detención secreta y remisión extraordinaria por
la CIA. En él se hace un recuento de la participación global en este delito,
que es muy amplia, incluso entre países europeos.
El académico latinoamericano Greg Grandin señaló
que una región está ausente de esa lista de vergüenza: América Latina. Esto es
doblemente notable. América Latina ha sido durante mucho tiempo el confiable
patio traserode Estados Unidos. Si cualquiera de los locales hubiera asomado la cabeza, habría sido decapitado por el terrorismo o por un golpe militar. Mientras estuvo en control de Estados Unidos, en la segunda mitad del siglo pasado, América Latina fue una de las capitales mundiales de la tortura.
Ya no es así. Estados Unidos y Canadá están
siendo virtualmente expulsados del hemisferio.
Noam Chomsky es profesor emérito de lingüística y
filosofía en el Instituto Tecnológico de Massachussetts en Cambridge,
Massachusets. Su libro más reciente es Power Systems: Conversations on Global
Democratic Uprisings and the New Challenges to U.S. Empire. Conversations with
David Barsamian.
© 2013, Noam Chomsky. Distributed by New York
Times Syndicate.
Traducción: Jorge Anaya
Enlaces:
Sitio especial de La
Jornada sobre WikiLeaks
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